2 de Septiembre de 2021

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La Plaza del Amor
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sábado, 25 de enero de 2014

Rodolfo Walsh: escritor y PERIODISTA.

Hace pocos días, en relación con la muerte del poeta Juan Gelman, muchos lo recordaron con admiración y auténtico reconocimiento. Otros prefirieron "olvidar" su pasado comprometido y jugado como parte de Montoneros, y otros eligieron "pasarle factura" por ese mismo pasado. Como ese olvidable periodista (?) cuyo nombre olvidé, que dado el prestigio y el reconocimiento que su figura ganó, no pudo soslayar elogiarlo como poeta, pero reprochándole no haberse arrepentido de los muertos por la guerrilla montonera. En fin. Miserias de la mediocridad... En mi caso, preferí recordar un momento de ese pasado montonero, aquél en el que, sus convicciones e ideales quedan intactos, frente al desvarío de las cúpulas, y elige abandonar la agrupación guerrillera (ver post Juan Gelman: carta a Rodolfo Puiggrós).

Con Rodolfo Walsh pasa algo parecido: es una piedra en el zapato que no pueden detenerse a sacar. Es tan grande su figura de escritor y periodista talentoso y a la vez comprometido que, más que un modelo, es para ellos un reproche. ¿Qué verían hoy ciertos periodistas si se miraran en el reflejo de Rodolfo Walsh? Seguramente lo más parecido al retrato que Dorian Gray escondía en el desván... Entonces prefieren hacer de cuenta que nunca existió...Cómo no recordar, en estos tiempos de periodismo corporativo, a un vacilante abogado pretendiendo convencer a la Corte Suprema (Audiencias por la LSCA) de la "necesidad" de tener poder, para no perder libertad de prensa, frente a un gobierno elegido democráticamente. Tal es la manera en que el poder corpomediático oculta su "necesidad" de manejar al poder político para que favorezca sus intereses. Qué lejos está ese tipo de periodismo de aquél que ejercía Rodolfo Walsh. Y qué cerca están las minorías dominantes que Walsh criticaba (y trataba de combatir con su palabra), de esto que, todavía hoy, llamamos "periodismo".

Para su libro "El oficio de Periodista"(*),  Julio Ferrer entrevistó a figuras respetadas y valiosas del periodismo, como Osvaldo Bayer, Stella Calloni, Eduardo Jozami y Rogelio García Lupo entre otros. Dice en su Presentación:

"Cabe señalar un aspecto en donde todos los entrevistados coinciden, en nombrar a Rodolfo Walsh como un ejemplo de periodista, por su rigurosidad profesional y ética periodística; señalando dos momentos de su vida trascendentales para el periodismo universal: su libro "Operación masacre" (**) (de 1957), la investigación que deja al descubierto la barbarie de la "Revolución Libertadora", con los fusilamientos de militantes de la resistencia peronista inermes en un basural de José León Suárez. Y en la "Carta abierta de un escritor a la Junta Militar" (fechada el 24 de Marzo de 1977, a un año del golpe, escrita y despachada por correo al día siguiente, sabiendo que ningún medio argentino la iba a publicar.), en donde denuncia de una manera irrefutable el plan sistemático de exterminio de la dictadura militar en su primer nefasto año de vida. El 25 de Marzo de 1977, día en que Walsh hacía circular ese documento a la sociedad, caía en combate contra una patota de mercenarios de la ESMA (Escuela de Mecánica de la Armada)."

En una de las entrevistas para el libro, dice la periodista Stella Calloni:

"Rodolfo Walsh creo que no ha sido superado.(...) Es un modelo para siempre del periodismo nacional y mundial, y en él nombro a otros admirables periodistas argentinos, cronistas insuperables, pero no quiero dejar nadie por fuera por eso hago la síntesis en Walsh. Ese nombre los contiene a todos".


Dice Rodolfo Walsh en la Introducción de la 1ª edición del libro Operación Masacre, en Marzo de 1957:

"La primera noticia sobre la masacre de José León Suárez llegó a mis oídos en la forma más casual, el 18 de Diciembre de 1956. Era una versión imprecisa, propia del lugar _un café_ en que la oí formulada. De ella se desprendía que un presunto fusilado durante el motín peronista del 9 y 10 de ese año sobrevivía y no estaba en la cárcel."
Y luego en el prólogo para la edición del libro, en Julio de 1957:

"Operación masacre" apareció publicada en la revista Mayoría, del 27 de Mayo al 27 de Julio de 1957: un total de nueve notas. Los hechos que relato ya habían sido tratados por mí en el periódico "Revolución nacional", en media docena de artículos publicados entre el 15 de enero y fines de marzo de 1957."

El "fusilado que vivía" era Juan Carlos Livraga, y después con el correr de la investigación, se supo que había otros más: Miguel Ángel Giunta, Horacio di Chiano, el ex suboficial Gavino, Julio Troxler, Reinaldo Benavídez y Rogelio Díaz: siete en total. Pero de todos ellos, el único, entre sobrevivientes o familiares de las víctimas, que se atreverá a presentarse para que se haga justicia, será Juan Carlos Livraga. Los que no corrieron la misma suerte son los que sí fueron fusilados, y cuyos restos se encuentran en cementerios de Boulogne, San Martín, Olivos y Chacarita: Nicolás Carranza, Francisco Garibotti, Vicente Rodríguez, Carlos Lizaso y Mario Brión. Los hechos que se relatan a partir de las investigaciones son simultáneos al levantamiento de los Grales. Valle y Tanco quienes, a través de una Proclama, justificaban el alzamiento contra el régimen. El motín fue sofocado, Valle fusilado y un total de 27 ejecuciones fueron el saldo entre los sublevados.
El Jefe de Policía de la provincia de Buenos Aires, teniente coronel (R) Desiderio A. Fernández Suárez había ordenado el fusilamiento de los civiles detenidos. Pero no salió como esperaba, quedaron varios para contarlos, y ante la investigación de los hechos (que el gobierno de la Revolución Libertadora negaba o desfiguraba), Fernández Suárez terminó confesando, y los hechos investigados quedaron probados en forma definitiva:

-Que el 9 de junio de 1956 detuvo personalmente a un grupo de hombres entre los que estaba Livraga.
-Que la detención de esos hombres se produjo a las 23 hs. del 9 de Junio, es decir, una hora y media antes de promulgarse la Ley Marcial.
-Que esos hombres no habían participado en el motín.
-Que esos hombres no opusieron ninguna clase de resistencia al arresto.
-Que a la madrugada esos hombres fueron fusilados "por orden del Poder Ejecutivo", según Fernández Suárez.

Pero Fernández Suárez, con la complicidad de la justicia, de sus colegas militares y del gobierno de Aramburu, no es acusado ni juzgado. La investigación de Rodolfo Walsh centrada principalmente en la figura de Livraga (el Expediente Livraga), demuestra cómo, un grupo de personas fueron detenidas (y algunas fusiladas) violándose todos sus derechos, escudándose en un decreto que todavía no existía. 
"No habrá ya malabarismos capaces de borrar la terrible evidencia de que el gobierno de la Revolución Libertadora aplicó retroactivamete, a hombres detenidos el 9 de junio, una ley marcial promulgada el 10 de junio. Y eso no es fusilamiento. Es un asesinato".

Y ya en el capítulo "Aramburu y el juicio histórico" (luego del secuestro a manos de un comando montonero y su posterior juicio y ejecución) dice Rodolfo Walsh:

"La matanza de junio ejemplifica pero no agota la perversidad de ese régimen. El gobierno de Aramburu encarceló a millares de trabajadores, reprimió cada huelga, arrasó la organización sindical. La tortura se masificó y se extendió a todo el país. El Decreto que prohíbe nombrar a Perón o la operación clandestina que arrebata el cadáver de su esposa, lo mutila y lo saca del país, son expresiones de un odio al que no escapan ni los objetos inanimados, sábanas y cubiertos de la Fundación incinerados y fundidos porque lleva estampado ese nombre que se concibe como demoníaco. Toda una obra social se destruye, se llega a segar piscinas populares que evocan el "hecho maldito", el humanismo liberal retrocede a fondos medievales: pocas veces se ha visto aquí ese odio, pocas veces se han enfrentado con tanta claridad dos clases sociales.
Pero si este género de violencia pone al descubierto la verdadera sociedad argentina, fatalmente escindida, otra violencia menos espectacular y más perniciosa se instala en el país con Aramburu. Su gobierno modela la segunda "década infame", aparecen los Alzogaray, los Krieger, los Verrier que van a anudar prolijamente los lazos de la dependencia desatados durante el gobierno de Perón. La República Argentina, uno de los países con más baja inversión extranjera (5% del total invertido), que apenas remesaba anualmente al extranjero un dólar por habitante, empieza a gestionar esos préstamos que sólo benefician al prestamista, a adquirir etiquetas de colores con el nombre de tecnologías, a radicar capitales extranjeros formados con el ahorro nacional y a acumular esa deuda que hoy grava el 25% de nuestras exportaciones. Un solo decreto, el 13.125, despoja al país de 2.000 millones de dólares  en depósitos bancarios nacionalizados y los pone a disposición  de la banca internacional que ahora podrá controlar el crédito, estrangular a la pequeña industria y preparar el ingreso masivo de los grandes monopolios.
Quince años después será posible hacer el balance de esa política: un país dependiente y estancado, una clase obrera sumergida, una rebeldía que estalla por todas partes. Esa rebeldía alcanza finalmente a Aramburu, lo enfrenta con sus actos, paraliza la mano que firmaba empréstitos, proscripciones y fusilamientos".

Impresiona leer estas palabras por su vigencia, y por el coraje ético de un periodista como Rodolfo Walsh. Cuántas de sus afirmaciones pueden entenderse a la luz de este presente político y económico y de la historia que vivimos varias décadas atrás. Cuánto de ese antiguo odio todavía ensancha la brecha de esa sociedad escindida, y cómo podría perderse lo logrado, viendo cómo ya pasó. Las palabras de Walsh hoy, pueden darnos lecciones de historia para que aprendamos a no repetirla.

¡Que así sea!
 "Operación masacre"
Versión cinematográfica completa, filmada por Jorge Cedrón en 1972.
________________________________________________________________
(*) "El oficio de periodista". Entrevistas, Julio Ferrer. (2010). Editorial Punto de Encuentro.
(**) "Operación masacre". Rodolfo Walsh (45º edición, Julio de 2013). Ediciones de la flor.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Muchos deberían quitarse el nombre de periodistas para dejar de ensuciar el de walsh usando el mismo nombre que él.

Greta dijo...

Ni siquiera les da para tener vergüenza... Algunos se revuelcan de bronca porque quedaron al desnudo: el "prestigio" que tenían era prestado, y lo perdieron.
Gracias Iris.
Saludos.

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