El muro.

El muro de Clarín es parte del paisaje, pero también parte de una cultura, un símbolo del poder, un  símbolo de la impunidad...

Lo hizo construir la empresa que más desafió el poder democrático de estos últimos años, no sólo para apropiarse de una calle poniendo una especie de tranquera, sino para demostrar que, más allá de las leyes que deberían ayudarnos a convivir en la ciudad, está el poder por encima de la ley. El atropello del que se sabe impune.

Pero también es una metáfora. 

El "muro de Clarín" son las tapas del diario destinadas a inventar noticias, a tergiversar informaciones, a poner la lupa magnificando lo superfluo para tapar lo importante. A entretener con banalidades alimentando la indignación y el odio, mientras ocultan aquello que realmente la población debería saber, para su beneficio, pero que no sirve a estos dueños del verdadero poder. El muro que tapa las barbaridades que la gestión de Mauricio Macri lleva adelante en la Ciudad de Buenos Aires (desatención, desidia, descuido de lo público en beneficio de lo privado, endeudamiento a volúmenes geométricos, falta de atención a sectores vulnerables, una ciudad desbordada de basura sin solución, una corrupción instalada en la que el Estado está puesto al servicio de los negocios no sólo privados sino propios, tarifas de impuestos exorbitantes e injustificadas...) que permite a gran parte de los ciudadanos porteños hacerse la ilusión de una gestión brillante y eficiente, con errores que siempre serán atribuidos a otros (el blanco preferido es el gobierno nacional kirchnerista, por supuesto), y que le permite al Jefe de Gobierno y a su partido alcanzar porcentajes en las elecciones dignos de una fantasía surrealista, pero con terribles consecuencias tanto en el presente como en el futuro. Y peor aún: la fantasía de un gobierno eficiente y moderno llevó al jefe comunal a pretender la Presidencia, y según todas las encuestas, está 2º en intención de voto... Cosas vederes, Sancho...

El muro de Clarín es tan metafórico como real. Y a veces el paso de la metáfora a la realidad se hace difuso, se confunde. Cuando el Congreso Nacional sancionó la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, en un alarde de matonismo ignorante, el Jefe comunal sancionó una ley de vigencia local  que dejaba sin efecto aplicable la ley nacional, con la excusa de "proteger la libertad de prensa"...del Grupo Clarín, supuestamente "amenazado" por una ley beneficiosa para el conjunto de la ciudadanía y para la democracia misma. Y cuando la justicia ordenó demoler el muro de Clarín por violar leyes urbanas, el Jefe comunal, atento y servicial con el Grupo monopólico, presentó una "cautelar" para que dicha disposición no fuera aplicada. Increíble, no? Quien fuera votado para preservar y cuidar a los ciudadanos porteños, pide una "protección" para el atropellador que los descuida incumpliendo las leyes. La realidad supera a la metáfora. 

Hace un tiempo, un periodista que supo analizar la realidad política con una mirada más justa, pero que ahora es un cruzado del poder mediático, puso bajo los focos otra metáfora: la grieta. Según este periodista-operador en contra del gobierno, el kirchnerismo había creado una "grieta" que separaba a los argentinos. Ya no existía la armonía de otros tiempos donde amigos, compañeros, familiares, todos, sólo éramos felices compartiendo todo sin un sí ni un no, sin discusiones, sin peleas, donde la sociedad era UNA, y donde no existían ni la crispación, ni las discrepancias, ni los ataques a la prensa, ni las críticas al periodismo, ni las separaciones familiares ni de amistades. Hasta un grupo político llevó la metáfora a un spot de propaganda electoral: no había una sola Argentina, sino que gracias a "la grieta", o estabas en Argen o estabas en Tina... En fin. No es momento ni lugar para referirnos a la falta de creatividad o el nivel de estupidez en campañas electorales, pero la idea de la "grieta" se había instalado, y era LO MALO, lo perverso que estos gobiernos kirchneristas habían creado, a esta pobre Argentina, antes feliz y unida... Lo que el periodista no tuvo en cuenta es que los muros, también separan... Y que la HISTORIA del país desmiente con creces semejante estupidez.

Pero hay otra grieta. O al menos la metáfora unida a otra metáfora, transforma a la primera en algo esperanzador: lo que el muro de Clarín pretendía tapar se transformó en algo tan grande que empezó a presionar, y apareció la grieta...pero en el muro...

En principio y lentamente, el muro de Clarín que pretendía "tapar", empezó a ser señalado. Sus intenciones prepotentes empezaron a perder efecto, tanto por ser expuestas como por lo grosero de sus métodos. "No hay gobierno que resista 5 tapas de Clarín"... ¿Se acuerdan? El gobierno de Cristina no sólo sobrevivió a cientos de tapas, también a las más groseras operaciones mediáticas, descalificaciones, mentiras, investigaciones falsas, acusaciones gravísimas... Y ahí está: terminando su mandato con el porcentaje de aprobación más alto en la historia, luego de su 2º periodo. Y con un país REAL que desmiente todos los apocalipsis fallidos y todos los pronósticos agoreros que fueron capaces de inventar o fogonear. Ni siquiera siendo socios de los depredadores más feroces del planeta lograron vencerla. 

¿Y pretenden que un pueblo consciente y agradecido no lo vea? 

Por más alto que levanten el muro, la grieta está empezando a ser cada vez más grande...

La grieta en el muro es el comienzo. 

Y como dice el spot más emotivo de esta campaña electoral, no es el fin: es sólo el fin del principio.

                             

                                  

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