Mientras el técnico de mi PC se dedica a lo suyo con mi compu, en el monitor comienzan a desfilar las imágenes que el protector de pantallas muestra durante la inactividad. ¡Mierda! _pienso_ me olvidé de cambiar el protector de pantallas por uno "neutral"... Pero cuando lo pienso, ya es tarde... El técnico ve en la pantalla una imagen de Cristina siendo abrazada por Néstor, lágrimas, emoción, amor, mucho amor... Y la respuesta es inevitable: ¿SOS K? Ya había puesto en un discreto lugar un autorretrato en el que Cristina, al regresar de la dura operación en su cabeza, había reaparecido con su perro blanco Simón, que antes me acompañaba al lado de mi compu, y que ahora (previendo visitas no avisadas) descansa detrás de la vitrina de la biblioteca. Pero esta vez me olvidé del protector de pantallas...
Cuando mi técnico me hizo la pregunta fatal, pensé: _Bueno, ya está. A bancar lo que venga._
En las varias visitas anteriores el tema jamás había salido a la luz, nunca hablamos de política ni habíamos hecho comentarios. El tema política no tenía espacio en charlas que, básicamente, versaban sobre cuestiones técnicas de mi ajetreada PC. Lo que vino luego fue como si una catarata se hubiera derramado en el ambiente, porque...por esos milagros que a veces se dan, resultó que apoyaba muchas de las medidas del gobierno, le gustaba Cristina, criticaba muchas cosas, pero no había necedad en sus críticas, tal vez desinformación, pero sobre todo, SOBRE TODO, no había ODIO...
Hoy, justamente, se realiza en Buenos Aires una nueva Marcha del Orgullo Gay: LGBTIQ (lésbico, gay, bisexual, transexual, intersexual y queer). La lucha de estos grupos es de todos los tiempos pero, en esta etapa kirchnerista sienten que hay un Estado que los respeta, los reivindica y les reconoce derechos, a través de leyes concretas y se ha ido derramando hacia el resto de la sociedad un sentimiento de inclusión que, como argentinos, debería llenarnos de orgullo a todos y todas. Ahora las Marchas del Orgullo Gay son una fiesta, y en ella participan todos y todas, pertenezcan o no a algunos de esos colectivos.
Cuando una persona se reconoce gay, en una sociedad que lo discrimina, si tiene el coraje y la dignidad necesaria, en algún momento abre esa identidad que mantiene como secreta a otros ámbitos. El lugar más difícil al que tal vez deba abrirse es la propia familia, pero también podría ser su ámbito laboral, o de estudio, y si se trata de una figura pública o famosa, tal vez toda la sociedad, y su apertura será difundida y amplificada por los medios de masas. Es un momento clave en la vida de las personas porque, por razones muy entendibles, temen el rechazo, la burla, el escarnio, y todavía peor, las agresiones que algunos fóbicos podrían descargar contra ellos. Para muchos es mantener durante mucho tiempo (algunos incluso, durante toda una vida) una doble vida de escondites y máscaras, disfraces, disimulos, parejas inventadas, porque no es fácil decidirse a mostrarse tal cual uno es. No cualquiera puede armarse del coraje que hace falta para dar ese paso. Porque la aceptación, el sentirse parte, no sentirse rechazado, es una necesidad humana básica. De allí que las personas que temen ser rechazadas o criticadas (o lo son efectivamente) elijan juntarse con personas que se reconocen parecidas, que se identifican con elecciones similares, que saben que comparten gustos y también rechazos, porque no estamos hechos para estar solos...
El día jueves 13 de Noviembre se realizó (con poca convocatoria, es verdad) una marcha de rechazo al gobierno: un nuevo "cacerolazo", a pesar de que, últimamente, las cacerolas van quedando en la casa y sólo se exhiben banderas, carteles, afiches y alguna otra cosa. No mucho más. Sin embargo, en el número cada vez más escaso de asistentes, parece concentrarse una exhibición del odio hacia la figura presidencial que reconoce pocos antecedentes.
Sin embargo, hay un espacio novedoso en donde el odio concentrado se muestra a diario: los foros online de diarios como La Nación, Clarín, Infobae, y algunos otros sitios. El nivel de agresión, violencia, odio y bajeza con que se agrede a la figura presidencial tienen un nivel pocas veces visto. Aquí un ejemplo:
Hace apenas unos días se inauguró una exposición que exhibe una curiosa muestra a la que llamaron "Los diarios del odio", y que refiere justamente a esos mensajes y comentarios online de gente que transforma los espacios de opinión en verdaderas cloacas, llenas de mugre, hijas del odio: ver nota completa acá: Diarios del odio.
"Diarios del odio", una muestra sobre las zonas más oscuras de la sociedad argentina (*)
A
partir de comentarios volcados por lectores de las versiones
electrónicas de los diarios más importantes del país, el artista Roberto
Jacoby configura Diarios del odio, una intervención que a
partir de mañana ocupará un espacio de la Casa de la Cultura del Fondo
Nacional de las Artes, mostrando la cara más violenta, racista y
reaccionaria de la sociedad argentina.
"Muerte a los K y a esa maldita letra", "Videla volvé", "Argenzuela", "Gronchopolis", "Viuda negra", "Putos derechos humanos", son algunas de las frases que se pueden ver en la sala intervenida y que generan, por su cambio de dimensión, un intenso efecto que remite a las zonas más oscuras de nuestra sociedad.
Algunas veces, el diario La Nación tiene un repentino ataque de vergüenza y decide cerrar los comentarios a alguna nota, dado lo "sensible del tema", como cuando la mamá de Cristina fue internada, y porque el odio de las cloacas no se da respiro y no respeta nada. Ni siquiera se detienen frente a la opinión de un niño de once años que expresa su opinión política (tal como la Constitución le garantiza) sin que salga un energúmeno por los medios a llamarlo "hijo de Goebbels"). Por supuesto no hay diálogo, no hay debate, y ni hablar de comprensión y tolerancia, en gente que luego (como pasa en los cacerolazos) habla de "Dictadura K", que "No tienen miedo", pero pide pena de muerte a los corruptos y atacan a representantes de algunos medios que quieren cubrir la nota. Esta vez fueron más lejos aún: agredieron no sólo a medios "oficialistas" sino a un notero del Grupo Clarín (el que fogonea las marchas pero luego no las muestra...) y no faltó el insulto a la misma oposición política: la misma a la que el operador periodístico del Grupo acusó de "no juntar entre todos un balde de bosta"...y que ninguno de la oposición cuestionó ni criticó.
Viendo tanto odio, tal nivel de agresión hacia el gobierno, pero sobre todo, a la figura de Cristina, puede entenderse por qué en estos tiempos somos los K quienes necesitamos a veces camuflarnos, inventarnos perfiles de fantasía (como es mi caso), crearnos un nombre y un rostro para, en un época tan democrática y libre, poder expresarnos sin que nos ataquen, de palabra o de hecho, para que celebremos encontrarnos con muchos otros (muchos, por suerte) que sienten y piensan parecido, que celebramos vivir esta etapa a pesar de los contratiempos, que hacemos un balance altamente positivo, y que queremos defender en el presente y para el futuro aquello alcanzado, para que no se pierda y para profundizar el rumbo.
Es evidente que tanta agresividad y odio pueden tener muchas fuentes, incluso admitir que están fogoneados por quienes manejan intereses contrapuestos al rumbo elegido, por rechazo de clase o porque sienten que pierden privilegios, pero está claro que, para todos los mensajes que vienen desde los medios germinan en terrenos propicios, de lo contrario no serían escuchados.
Por suerte, el amor, la alegría compartida, los ideales, las convicciones y los buenos sentimientos también tienen lugar, y así como se profanan nombres y símbolos, también se los desagravia, como puede verse en estas imágenes:
Ojalá algún día el odio sea derrotado definitivamente, y si no los alcanza el amor, que al menos les llegue la capacidad de respeto a la opinión del otro, y la capacidad de debatir con inteligencia, en lugar de caer en la bajeza y la miseria que los muestra, aunque se escondan en nombres falsos y perfiles inventados, pero esta vez no para protegerse, sino para tirar la piedra y esconder la mano.
"Muerte a los K y a esa maldita letra", "Videla volvé", "Argenzuela", "Gronchopolis", "Viuda negra", "Putos derechos humanos", son algunas de las frases que se pueden ver en la sala intervenida y que generan, por su cambio de dimensión, un intenso efecto que remite a las zonas más oscuras de nuestra sociedad.
Algunas veces, el diario La Nación tiene un repentino ataque de vergüenza y decide cerrar los comentarios a alguna nota, dado lo "sensible del tema", como cuando la mamá de Cristina fue internada, y porque el odio de las cloacas no se da respiro y no respeta nada. Ni siquiera se detienen frente a la opinión de un niño de once años que expresa su opinión política (tal como la Constitución le garantiza) sin que salga un energúmeno por los medios a llamarlo "hijo de Goebbels"). Por supuesto no hay diálogo, no hay debate, y ni hablar de comprensión y tolerancia, en gente que luego (como pasa en los cacerolazos) habla de "Dictadura K", que "No tienen miedo", pero pide pena de muerte a los corruptos y atacan a representantes de algunos medios que quieren cubrir la nota. Esta vez fueron más lejos aún: agredieron no sólo a medios "oficialistas" sino a un notero del Grupo Clarín (el que fogonea las marchas pero luego no las muestra...) y no faltó el insulto a la misma oposición política: la misma a la que el operador periodístico del Grupo acusó de "no juntar entre todos un balde de bosta"...y que ninguno de la oposición cuestionó ni criticó.
Curiosamente, el mismo mensaje transmitían algunos manifestantes...
Casey Wander: el niño que se atrevió a expresar su admiración por Néstor Kirchner, el kirchnerismo, y que quiere ser Presidente en 2050. Ni una sola expresión negativa.
NADA de odio y pura convicción.
Viendo tanto odio, tal nivel de agresión hacia el gobierno, pero sobre todo, a la figura de Cristina, puede entenderse por qué en estos tiempos somos los K quienes necesitamos a veces camuflarnos, inventarnos perfiles de fantasía (como es mi caso), crearnos un nombre y un rostro para, en un época tan democrática y libre, poder expresarnos sin que nos ataquen, de palabra o de hecho, para que celebremos encontrarnos con muchos otros (muchos, por suerte) que sienten y piensan parecido, que celebramos vivir esta etapa a pesar de los contratiempos, que hacemos un balance altamente positivo, y que queremos defender en el presente y para el futuro aquello alcanzado, para que no se pierda y para profundizar el rumbo.
Es evidente que tanta agresividad y odio pueden tener muchas fuentes, incluso admitir que están fogoneados por quienes manejan intereses contrapuestos al rumbo elegido, por rechazo de clase o porque sienten que pierden privilegios, pero está claro que, para todos los mensajes que vienen desde los medios germinan en terrenos propicios, de lo contrario no serían escuchados.
Por suerte, el amor, la alegría compartida, los ideales, las convicciones y los buenos sentimientos también tienen lugar, y así como se profanan nombres y símbolos, también se los desagravia, como puede verse en estas imágenes:
Ojalá algún día el odio sea derrotado definitivamente, y si no los alcanza el amor, que al menos les llegue la capacidad de respeto a la opinión del otro, y la capacidad de debatir con inteligencia, en lugar de caer en la bajeza y la miseria que los muestra, aunque se escondan en nombres falsos y perfiles inventados, pero esta vez no para protegerse, sino para tirar la piedra y esconder la mano.
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(*) En la Casa de la Cultura FNA (Rufino de Elizalde 2431). Podrá visitarse hasta el 15 de diciembre.
8 comentarios:
Lo irónico es que gente capaz no sólo de insultar abiertamente a la presidenta y hasta pedir su muerte, sino incluso de agredir físicamente a un periodista de los medios que los fogonean no escandalizan tanto a los medios,y a ciertos opositores, como un acto de fallido de Capitanich llamando "marmota" a un tal Carnota .
Es cierto Iris. Lástima que el episodio transformó a un MARMOTA en un héroe de la libertad de expresión. Triste ironía.
Gracias por leerme y por tu comentario.
Es que, en lo profundo de sus almitas reaccionarias, creen que NO insultan, NO agreden, NO están poseídas por el odio, NO, tan sólo es el justo clamor de la gente decente que ve pisoteados sus derechos, por esa chusma oscura que no merece ningún derecho, mejor dicho, derechos para la chusma es despilfarro de, justamente, "lo que le roban a la gente decente".
De todos modos, algo bueno tienen que tener, llegar a verse como el espectáculo feo, vulgar, desagradable y antiestético que inevitablemente son, los vuelve un excelente antídoto del veneno anti K que los domina y una mala compañía para el que no es K pero tampoco es ni quiere ser tan bestia. Poco no es.
Es muy cierto todo lo que decís, Ram... Cómo será de cierto que, los mismos que les alimentan el monstruo, después de avergüenzan de mostrarlos...
¡Patético Fin del Caceroleo"...!
Es acertado lo que ram comenta. Sin necesidad de enumerar las causas, un apreciable porcentaje de nuestra sociedad se retroalimenta con veneno, propio o generado por las consabidas usinas que, por rara coincidencia, también despotrican en contra de nuestra soberanía, nuestra alineación latinoamericana, la solidaridad, etc. Sin embargo, a la manera de la kriptonita contra Superhombre, sólo mostrarlos con sus caras, rictus, pancartas y basura alusiva en todo su esplendor, hace que disimulen, no sé si por verguenza ó por sentirse desnudos en su odio ante la opinión pública. De allí los motivos para que los caceroleos hayan ido disminuyendo en integrantes y frecuencia. Para colmo y como siempre, pura puteada y ánimo destituyente, amenazas y bronca como quien se enoja porque descubre que su ombligo NO ES el centro de la galaxia.
Hace algunos años me producían un gran enojo. Hoy sólo provocan desprecio al quedar al descubierto su mala calidad humana.
Qué oportuna la muestra de Jacobi. Me hace recordar al comentario de Pablo Picasso a un oficial alemán cuando éste le preguntó "quién había hecho eso", refiriéndose al Guernica. Picasso le respondió: "Ustedes."
Abrazo
Tal cual amigo Tilo. Muy oportuno también tu recuerdo sobre la anécdota de Picasso y el Guernica. Es verdad: tanta basura que expresan no hace más que hablar de ellos mismos.
A mi me producen mucho rechazo, pero a la vez, los veo tan llenos de odio, que imagino que deben estar sufriendo mucho, y terminan dándome pena.
En fin. La otra buena noticia es que cada vez son menos.
Abrazo para vos también y gracias por tu comentario.
Un gran post realmente.
Muchísimas gracias Daniel, y gracias por leerme.
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