2 de Septiembre de 2021

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La Plaza del Amor
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domingo, 22 de septiembre de 2013

De orgullos y humillaciones.

¿Qué es LA PATRIA?
No se alarmen: no pienso escribir un ensayo histórico, ni sociológico ni siquiera cultural. Porque hay mucho escrito al respecto y por gente que tiene mejores herramientas, teóricas sobre todo, como para llenar libros. Yo lo voy a explicar como lo siento, y desde hace mucho, pero en especial, porque me brotó con claridad a partir de algunas vivencias.
No voy a decir nada nuevo ni raro si explico que mi cultura europeizante, heredada por familia pero también por marco cultural, me llevó a admirar (y conocer) mucho más de los artistas europeos (mi campo prioritario es el Arte) que de los artistas de extremo oriente, africanos, norteamericanos y latinoamericanos. Como disfruté de los 60´s, puedo decir con cierto orgullo que SÍ conocía a muchos compatriotas, que frecuentaba el Di Tella, y que admiraba a artistas que fueron mis maestros y luego triunfaron en... Europa. Pero también los artistas de los inicios de la Patria tenían esa meta. Hace apenas unos días hablé (y mostré) obras de Pío Collivadino que pintó Buenos Aires cuando crecía...luego de venir de Europa y haberse "formado" en aquellas tierras. Por lo cual, querer conocer París, Roma, Madrid y otras ciudades así de famosas, era la meta que compartíamos muchos. Hasta hace 7 años, viajaba todos los veranos (de acá) a alguna ciudad europea, recorriendo calles, iglesias, monumentos, museos... El viaje ideal para alguien como yo. Pero la 3ª vez que viajé fue a París. Tuve la desgracia de que, por la impericia o la desidia del agente de viajes, el único pasaje que conseguimos a París era en una compañía estadounidense (United Airlines) que hacía escala en dos ciudades de EEUU y por lo tanto (¿por lo tanto, en una escala que programa la misma compañía y que no te permite salir del aeropuerto???)...tenía que sacar VISA... En fin...

La 1ª humillación fue hacer la interminable cola a pleno sol en la Embajada, y luego enfrentar al yanqui malencarado que tenía que ponernos el sello en la papeleta. Ya venía juntando bronca desde la ominosa espera y este pendejo daba vueltas con preguntas llenas de dudas. Hasta que me harté y le zampé en mi mejor castellano: _Nosotros NO VAMOS a los EEUU, no nos interesa. Sólo queremos ir a París..._ con tal cara de bronca que lo convencí, y me puso el dichoso sello.
 
La 2ª fue a la vuelta. Además de soportar la superioridad de la gente de a bordo de UA, no teníamos más remedio que volver a pasar por EEUU para volver a Buenos Aires.  Pero parece que las cosas malas vienen en patota: tuve la mala suerte que, al querer bajar del avión, un elástico del portavalija que tiene un gancho en cada extremo, se me soltara con toda la fuerza y me diera en pleno ojo. Recuerdo haber pegado un grito por el intensísimo e interminable dolor, y sentir la sensación de haber perdido mi ojo para siempre. En medio del tumulto bajamos del aparato, y al tocar la sala del aeropuerto nos encontramos con un despliegue casi cinematográfico: paramédicos, silla de ruedas, guardias de seguridad, choferes de ambulancia... Todos rodeándome, mientras alguien colocaba un parche en mi ojo, me sentaba en la silla y me llevaba como un bombero a la ambulancia. Mientras esperaba ser atendida en el centro médico, una enfermera (que hablaba español y parecía latina) me aconsejaba que firmara mi conformidad, de lo contrario no iban a poder atenderme. Con un ojo menos, llena de miedo, sola (mi pareja ni idea de dónde andaba), por más que rezongué, tuve que firmar el formulario. Yo preguntaba, al borde de la desesperación, cuándo podría tomar mi vuelo a Buenos Aires, entonces la mujer, tratando de sondearme, me dice:
_¿Por qué? ¿A Ud. no le gustaría quedarse aquí, en los EEUU?_ 

Y ahí me cayó la ficha. Estos hijos de su madre se creyeron que había sido todo una comedia (lo del accidente en el ojo) sin otro fin que quedarme allí, en su país.
Entonces saltó mi orgullo por 1ª vez:

_Yo no quiero quedarme acá. Quiero volver a mi país._

Mi respuesta la desconcertó:

_¿CÓMO QUE NO QUIERE? ¿No le gusta?_

¿En qué quedamos? ¿Se ponen locos porque, supuestamente, la gente hace cualquier cosa (hasta casi perder un ojo, digamos) para quedarse, pero si uno les dice NO, se desconciertan y no entienden? ¿Qué es lo que no entienden? ¿Que uno ame su lugar, su país, su idioma, sus costumbres?...
Aeropuerto Dulles. Washington DC.
Era en el aeropuerto de Dulles (en Washington) de modo que, una vez que me dieron las primeras atenciones nos depositaron en un hotel Marriot (o Sheraton) (5 estrellas), todo pago: alojamiento, almuerzos, traslados... Pero al otro día tenía que asistir sí o sí a visitar a un especialista. Obviamente perdimos el vuelo. Previo pago de la consulta (que mi seguro Assist Card no me cubrió, a pesar de lo que cuesta), la especialista me revisó, me medicó y me aseguró que no había daños irreparables. Cuando volvimos al hotel, YA nos habían casi desalojado, y sólo podíamos permanecer allí si pagábamos 100 dólares por día. ¿Las razones? Que el accidente había sido por MI CULPA, y por lo tanto la cía. no tenía por qué hacerse cargo, porque no tenía responsabilidad... ¡Tomá pá vó! Y a pesar de contar con posibilidades para pagarlo, yo dije NO: por 2ª vez saltó mi orgullo frente al atropello, y pedí que me consiguieran un hotel mucho más económico. Por supuesto, lo hicieron.
Alguien de la compañía aérea se había comprometido a conseguirnos un vuelo de inmediato, pero pasaron 5 días en esa espantosa ciudad yanqui, donde dos porteños vestidos con modesta elegancia caminaban por la calle cuando NADIE lo hace (de hecho, pasaban con los autos y nos miraban como a estraterrestres), y con visitas al supermercado como única diversión...
La odisea en el "gran país del Norte" siguió con una tormenta de nieve que casi nos impidió salir, y con un cambio de recorrido pedido en español para que nos metieran en CUALQUIER VUELO que llegara a Buenos Aires. No fue fácil ni fue barato, pero finalmente, llegamos...
Pero no terminó ahí la cosa.

Al tiempo de estar en Buenos Aires me llega una carta de un médico (el 1º que me atendió en el centro de asistencia) que "reclamaba" sus honorarios... Ahí exploté, y saltó mi orgullo por 3ª vez: me fui de raje a la sucursal de United Airles en Buenos Aires, le planteé a la mina que me atendió un resumen de lo ocurrido, y por suerte, la señorita admitió que "eso estaba muy mal", que presentara mi reclamo con todo detalle que ellos se iban a encargar de repararlo. Así que con mi prosa más minuciosa conté todo y le pasé a United factura POR TODO: los honorarios del atorrante que reclamaba, el costo del hotel, los gastos diarios por 5 días, y no le facturé la bronca porque ésa no tenía precio.
Como algunas historias terminan bien, la compañía pagó TODO, y yo me sentí, al fin, aliviada.

Es difícil decir QUÉ es la PATRIA, pero en esos momentos yo sentía que era argentina, que quería volver a mi  país, a mi casa, a mis olores, no quería ver un yanqui ni pintado, y mucho menos, a un latino horrorizado porque otro latino NO QUERÍA quedarse en los EEUU. Cuando hoy se escuchan voces de gente de NUESTRO país alegrarse porque un fallo adverso pretende que se le pague a un fondo buitre (esos que con sus millones se aprovechan  de los países pobres, por ejemplo, para jibarizarlos), que quieren castigar a un país o a un gobierno porque prescinde de organismos que nos esquilmaron antes para poder ser soberana, que no sigue las recetas que ellos quieren aunque hundan a los países que sí las siguen, como nos hundieron a nosotros en el 2001, gente que se alegra cuando una fragata es retenida en un país africano, pero cuando después de 5 meses se le da la razón a la Argentina, igual critican al gobierno, cuando escucha a defensores de una empresa aérea extranjera en lugar de defender y estar orgullosos de la propia, cuando uno escucha a un DIPUTADO de la Nación decir que "es mejor que a la Argentina le vaya mal" porque así el gobierno va a perder las elecciones...
 Cuando uno se entera que otro diputado, muy prestigioso por haber sido uno de los que integró el tribunal que juzgó a las Juntas Militares en los 80´s, asesora a empresas que litigan contra el país en el CIADI (ver nota acá: Piden investigar a Gil Lavedra por tráfico de influencias) (ver foto), un diputado que fue elegido para representar AL PUEBLO defendiendo a los que quieren sacar ventaja en un juicio CONTRA el pueblo... no-lo-puedo-entender...
¿Puede haber gente tan pobre de espíritu que ni siquiera tenga patria? ¿Que sea incapaz de reaccionar frente a la humillación de un imperio, o de grandes capitales, o los centros financieros incontrolables a los que no les importa llevarse puestos cualquier gobierno? ¿O acaso esos diputados de la UCR que alguna vez fueron gobierno, en la época de Alfonsín o de la Alianza, ya se olvidaron que los poderes fácticos, de adentro Y de afuera, los pusieron de rodillas, hasta que los voltearon? Más allá de sus propios errores, claro... ¿Pero no habrá sido su falta de patriotismo UNO de esos errores? En la intimidad de sus noches ¿no les brota siquiera un poquito de orgullo patriótico porque el país, encima gobernado por una mujer, sea capaz de enfrentarse a todo eso que ELLOS fueron incapaces de enfrentar, y lo hace de manera magnífica? Cuánto mejor lo haría si ellos, en lugar se ser un poquito menos traidores a su patria y a sus votantes, se juntaran, no para oponerse, destruir y paralizar, sino para empujar todos para el mismo lado...

Por eso, cuando escucho a un conductor de televisión enojarse con un periodista porque hay gente que festeja un fallo en contra de su país y a favor de los fondos buitre, o a un actor famoso mundialmente decir que le importa un pito Hollywood porque el único trabajo que le ofrecían era el de narcotraficante mejicano, yo siento que comulgo con ellos, porque en esas actitudes veo la mía, el orgullo de no permitir ser humillado por el poder, sea de un imperio o de una corporación financiera, y siento que algo está empezando a cambiar. Porque sus dichos no fueron en la televisión pública ni en 678, aun cuando la producción de TVR jamás se iba a perder semejantes perlas. Porque pudieron haberlo sentido siempre, o les brotó como a mi frente a un hecho determinado o en un momento especial, pero está, y fue dicho, y muchos (estoy segura) pudieron escucharlos, porque tanto uno como otro son seguidos por mucha gente que los admira.

Ojalá haya muchos que, luego de escucharlos, sientan un poquito de vergüenza, por admirar a quienes los humillan, por su falta de dignidad, y por carecer de ese mínimo orgullo que los hace sentir parte de este enorme hogar, que es la patria.

                    
 Fragmento del programa TVR (de la productora PPT): 
la humillación del poderoso y el orgullo del que siente a la patria. 

¡Imperdible!
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2 comentarios:

Unknown dijo...

Lamentablemente esa actitud soberbia y ambivalente que mostraron los yanquis con vos también la muestran algunos argentinos con nuestros hermanos paraguayos y bolivianos. La estupidez no conoce fronteras y es muy peligrosa.
Por lo demás yo tampoco termino de entender a los cipayos que están en alquiler por el mundo. No sólo perjudican a su país, además son el hazmerreír de los yanquis y similares, bastante patriotas en general.

Greta dijo...

Tenés toda la razón, Iris. También nosotros como argentinos, muchas veces somos soberbios respecto de nuestros compatriotas de la Patria Grande. Pero también debemos admitir que, gracias a las políticas de estos últimos 10 años es mucho lo que está cambiando, y muchos (entre los que me incluyo) estamos empezando a ver(nos) de otra manera también en relación con los hnos. latinoamericanos.
Sin embargo (y el discurso de Obama hoy en la ONU lo confirma) creo que hay una diferencia entre la soberbia de un país de creerse mejor que otro, que la de sentirse un imperio con una "misión salvífica" hacia el resto del mundo, y que ésto sea tomado como "natural" no sólo por ellos sino por todo el resto.
Por eso me parece genial que todos aprendamos a ser más humildes, pero también a no permitir que un imperio se erija en "gendarme del mundo" y con la "obligación" de espiar, invadir, atropellar las SOBERANÍAS de otros países, incluso de los países que considera "amigos".
Realmente me produce dolor que en nuestro país no haya, como debería, tal sentimiento patriótico que vos ves en los yanquis, más extendido. Seríamos mucho más dignos y lograríamos, además, ser más respetados.

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