Un arcoiris para Cristina.

El sábado 19 de febrero fue el cumpleaños de Cristina, nuestra presidenta. Y muchas plazas del país recibieron a entusiastas argentinos con ganas de celebrarlo y de homenajearla. Como esas juntadas donde sólo se busca el placer de estar con otros. Hubo tortas, globos, música, carteles, cánticos, gritos y risas, alegría y camaradería, y algo más...

El día había sido inestable y las lluvias amenazaban. Pero como si de un pacto secreto se tratara, en la Plaza de Mayo, en Buenos Aires, no sólo no llovió sino que además se nos regaló un arcoiris.

El arcoiris, ese fenómeno natural en el que las gotitas de lluvia en suspensión se cruzan con rayos de sol tras la tormenta, y que por medio de la refracción descompone a la luz en sus partes, no perdió su magia a pesar de los experimentos y descubrimientos de Newton. Ver aparecer ese arco iridiscente en el cielo, aun en medio de nubes tormentosas, trae siempre una especie de mensaje esperanzador: después de la tormenta, el sol vuelve a hacerse visible, los colores y la vida retornan. Suena cursi, pero es lo que más o menos todos sentimos cuando lo vemos aparecer en el cielo.

Ya en la Biblia se menciona al arcoiris como símbolo de reconciliación entre Dios y los hombres, cuando luego del Diluvio Universal, apareció en el cielo como sellando esa reconciliación con la promesa de no castigar a los hombres nunca más. Y en muchas otras culturas, miles de historias tratan de explicar de diferentes maneras el fenómeno.

Lo cierto es que el bello arco de colores ha sido tomado como símbolo en varias comunidades, y todas ellas  tienen que ver con los colores, pero además con la armonía de lo diferente.



Bandera del orgullo gay.



Bandera de los pueblos originarios.



Símbolo del cooperativismo.

Tanto la comunidad gay como los pueblos originarios tienen en sus banderas los colores del arcoiris.  Y también es el símbolo del Cooperativismo.

¿Por qué?

Porque los colores unidos a pesar de ser distintos, representan el mejor símbolo de que esa armonía es posible. Porque tanto unos como otros aspiran a ser reconocidos y aceptados como parte de la sociedad a la que pertenecen. Y en el caso del cooperativismo, porque señala la necesidad de la ayuda entre todos, a pesar de las diferencias. No hay armonía entre los iguales, sólo chatura y monotonía. Sí hay armonía cuando, a pesar de la diversidad, los integrantes se aceptan, cuando hay buena convivencia entre los diferentes. Algo parecido a lo que ocurre en la música cuando una serie de notas distintas suenan bien juntas, o con los instrumentos en una orquesta.



Simpatizantes kirchneristas-cristinistas en Plaza de Mayo.



En estos tiempos de Néstor y Cristina, cuando las políticas inclusivas son el resultado de un modelo que busca hacer crecer la satisfacción de derechos cada vez a más sectores de la sociedad, la presencia del arcoiris por encima de la Casa Rosada es todo un símbolo, un buen augurio y un maravilloso regalo.

¡Un regalo para todos, pero en especial, un regalo para Cristina!!

__________________________________