Diferencias irreconciliables.

Centro Cultural Kirchner (CCK)

En el Bicentenario de la Patria, aquel glorioso 25 de Mayo de 2010 y desde los días anteriores, se venía viendo que las diferencias entre estilos y modelos del gobierno de la Ciudad y el de la Nación eran tan flagrantes que no había manera de conciliarlos. El jefe de gobierno Mauricio Macri inauguraría la remodelación del teatro Colón. El gobierno de Cristina Fernández iba a desplegar los festejos callejeros del Bicentenario con foco en el centro de la ciudad. Lo que luego en los preparativos de la asunción de Macri se vivió como un grotesco criollo, ya se prenunciaba en la reinauguración del Colón: el jefe de gobierno mostró como nunca su falta de respeto hacia el esposo de la presidenta (Néstor Kirchner) cuando le preguntaron si iba a estar sentado a su lado en el palco presidencial:

_Y...si no hay más remedio habrá que invitarlo_ fueron más o menos sus palabras.

La respuesta no se hizo esperar. La Presidenta envió una nota que hizo pública en la que manifestaba su rechazo al maltrato y que declinaba la invitación a participar del evento. Parecido pero peor vivió la ahora ex presidenta con el tema del traspaso del mando presidencial, sus atributos y lugares. A los gritos por teléfono le reprochaba que ella quería arruinarle SU fiesta... (Ver en este blog nota La buena educación). El capricho del candidato (que no quería que el traspaso fuera en el Congreso sino en La Rosada, para evitarse el bochorno de una Plaza del Congreso llena a reventar con simpatizantes K que despidieran a la presidenta), derivó en un Decreto aberrante que daba por concluído su mandato a la 0 hora del 10 de Diciembre, en lugar de las 12 hs, momento del acto de traspaso de mando en el Congreso. Con ese acto bochornoso que la jueza Servini de Cubría convalidó, se inauguró el período de mayor atropello a las instituciones desde la última Dictadura... Y continúa...

Pero las diferencias entre una reinauguración y el festejo en las calles por el Bicentenario no pasaron sólo por la anécdota de la mala educación de Mauricio Macri. El contenido simbólico de cada uno es aún más contrastante. 

El Teagro Colón siempre fue el símbolo del arte culto, que según la Derecha está destinado a las élites, y tuvo su acto en la calle, pero el festejo principal fue en su interior y  sólo fue accesible a los invitados a quienes Macri seleccionó. Y curiosamente, el evento se transformó en un remedo vulgar de una fiesta hollywoodense, alfombra roja incluída, donde desfilaron figurones de la farándula vernácula, todos ellos (casualmente) opositores al gobierno nacional y la figura de Cristina Fernández de Kirchner.

Los festejos del Bicentenario fueron en las calles de la ciudad (en especial, a lo largo de la Avda. 9 de Julio, pero también sobre Avda. de Mayo y, por supuesto, la Plaza de Mayo) y tuvieron la magnitud de lo que no se olvida... Millones de personas a lo largo de todos los días de la Semana de Mayo se pasearon por la avenida, y concluyeron apiñadas frente al escenario principal esperando con el corazon henchido que dieran las 12 para cantar el Himno... Millones de argentinos mezclados y festejando, sin diferencias, apretujados, sintiendo que ÉSO que estaban viviendo no iban (no íbamos) a olvidarlo jamás... Como rezaba una remera que muchos llevábamos: YO ESTUVE ALLÍ...

A la Presidenta Cristina Fernández la acompañaron otros presidentes latinoamericanos. Y en las calles, el pueblo...

5 años después estaba sentada en una sala increíble y a punto de vivir otro momento único.

Cuando la Orquesta Sinfónica Juvenil lanzó los primeros acordes, me saltaron las lágrimas... La experiencia estética de escuchar esa música en ese lugar, era parte del encanto. Pero la experiencia compartida con cientos de otras personas como en ese momento, sentí que dejaba de ser yo para ser una con todos. Una mezcla de placer, emoción, orgullo, gratitud... Todo junto, allí y en ese instante. Y la sensación de estar viviendo algo que, tal vez, nunca más podría repetirse de la misma forma. Pero... ¿en el mismo lugar? ¿Por qué no? 

El Centro Cultural Kirchner (conocido como CCK) es la última gran obra del gobierno de Cristina Fernández, empezada por su esposo, el ex presidente Néstor Kirchner y concluída en el año 2015, el último de la 2ª gestión de CFK. Es el mejor símbolo de una obra pensada para albergar, difundir y permitir disfrutar de bienes culturales fruto de cualquier ciudadano o ciudadana, de la más alta calidad, en forma gratuita y para todos y todas los que quieran. Pero el antiguo palacio del Correo había nacido en otro tiempo y para otros fines...

Había tenidos sus mejores momentos a principios del siglo XX y albergaba servicios médicos, educativos y gastronómicos para sus más de 10.000 empleados. En los años 90´fue privatizado en forma ruinosa, y quien se hizo cargo del mismo fue nada menos que nuestro actual Presidente Mauricio Macri y el holding de su familia. Cuando el presidente Menem "loteó" el país, a los Macri les tocó una parte sustancial de las joyas de la abuela y otros tesoros a repartir. Con total desparpajo, el mismo Mauricio Macri cuenta en una entrevista a la autora de "El pibe":

"Papá me enseñó que los empresarios tenían que ser oficialistas, pero a nosotros nos hizo daño la política. Mirá lo que nos pasó con el menemismo"...
Y continúa...
"Nos preparamos durante años para las licitaciones (...) Hicimos los pliegos, las licitaciones... y después de todo eso perdimos Aguas (se refiere a Aguas Sanitarias de la Nación), las rutas las tuvimos que repartir con Roggio, y el Correo NOS LO DIERON prometiendo que iban a unificar los sindicatos y SACAR UNA LEY prohibiendo la mensajería privada y no hicieron ninguna de las dos cosas. Era imposible que así diera ganancia. Y después nos acusan de menemistas"... (1)

Produce azoramiento la total falta de escrúpulos y de barreras morales que manifiesta Mauricio Macri, no sólo frente a este caso, sino por tantos otros en los que estuvo involucrado, sobre todo si uno recuerda sus discursos del presente donde habla de "combatir la corrupción", de los ñoquis en el Estado, del empleo estatal como aguantadero de la política, y de que hay que terminar con la impunidad (refiriéndose a las constantes acusaciones de corrupción del kirchnerismo a las que se suma sin ningún prurito...). Cabe pensar en una persona que NO tiene reglas morales, ya que sus dichos y actitudes van más allá de la mentira o la contradicción... La crudeza e impiedad de su discurso y actitudes se dan de patadas con la pretensión de alegría, unión de los argentinos y consenso. Suena perverso y hasta patológico... Da escalofríos pensar en el lugar que ocupa...
Dice la autora de "El Pibe":

"El esfuerzo por separarse de los negocios de la familia se volvió una obsesión en el caso de la privatización del Correo, uno de los paradigmas de las concesiones otorgadas en forma directa por el menemismo a un grupo que en apenas tres años terminó despidiendo 10.000 trabajadores, en quiebra, con una deuda millonaria con el Estado y teniendo que ser recuperada por el gobierno. (...) En cuatro años de gestión no cumplió ninguno de los puntos acordados en el contrato de concesión". (2) En el 2003 el Correo fue a la quiebra y Néstor Kirchner decidió reestatizarlo, obligando a los Macri a un nuevo arreglo con el Estado.

A partir de entonces, el gobierno de Kirchner a través del Ministerio de Planificación decidió la recuperación patrimonial e histórica del palacio, y convertirlo en un centro cultural de excelencia, federal, plural e inclusivo, con lugar para todas las expresiones culturales y además, al alcance de todos. El CCK es el mejor ejemplo de cómo las políticas del Estado pueden, si lo deciden, democratizar el disfrute de todos los valores y expresiones culturales. El resultado fue una obra maravillosa, moderna, lujosa, donde lo antiguo revalorizado y lo nuevo funcional se armonizan a la perfección. Fue tan grande la convocatoria a visitarlo y disfrutar de sus eventos diarios que el CCK estaba en permanente ebullición. La prestigiosa revista National Geographic le dedicó un número especial, para mostrar todas sus maravillas... Pero llegó el ballotage, Mauricio Macri ganó y a partir de entonces, TODO CAMBIÓ...

Ya desde antes, la disputa por el nombre despertó polémicas mediáticas fogoneadas por el Grupo Clarín y sus satélites, pero lo peor vino a partir del 10 de Diciembre de 2015: entre todas las medidas atropelladas y despiadadas que tomó la nueva administración, se decidió despedir a 800 empleados del CCK, con la excusa de que sus contratos eran precarios o vencían en Diciembre. Y con otra excusa, que no tenía habilitación correspondiente, fue cerrado por "falta de seguridad"... El ministro Hernán Lombardi a cargo del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos se paseaba por todos los canales (oficialistas) justificando despidos y cierre, demonizando a trabajadores y culpando a la gestión de Kirchner por los supuestos defectos y carencias...

Trabajadores despedidos del CCK se manifiestan, y se suman a los otros miles despedidos por Macri en el Estado.

Pero como está pasando con tantos temas en los que, más allá de los discursos y las actitudes del gobierno de Macri la realidad y la verdad terminan imponiéndose, el CCK continúa cerrado, sin que el público tenga acceso para los cientos de eventos que antes se disfrutaban, pero se abrió curiosamente, para dos acontecimientos importantes: la visita del presidente de Francia, Hollande, y la reciente visita del presidente de EEUU, Barak Obama...

Es curiosa la manera perversa en que mienten, acusan, descalifican una obra magnífica que era para todos, y sin que se les mueva un pelo para explicar la contradicción, asumen actitudes contrarias a sus propios dichos. Es de creer que Obama, que trajo su propio cuerpo de seguridad armado hasta los dientes, su propio vehículo blindado para trasladarse a todas partes, habrá tomado las debidas precauciones antes de asistir al CCK... No escuché ni leí al Ministro Lombardi dar cuenta de tal contradicción... Lo concreto es que el CCK, como pasó en el Bicentenario con el Teatro Colón, sólo está accesible para que el Poder Real se luzca con él... Una más en la lista de la "pesada herencia" que el kirchnerismo le dejó al macrismo... Una más en la lista de los "despilfarros" que este gobierno para ricos debe tratar de "racionalizar", no sea cosa que los pobres, la gente común, el ciudadano de a pie, tenga a su alcance los bienes culturales y patrimoniales que sólo a las élites está destinado.
Porque como dijo un funcionario macrista...

"Si sos pobre, tenés que entender que hay cosas a las que no estás autorizado"...

Para Mauricio Macri y su gobierno, el Centro Cultural Kirchner es una de ellas...Y la democratización del goce y el disfrute de los bienes culturales, sólo será una aspiración de los gobiernos "populistas".

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1) "El Pibe: Mauricio Macri: negocios, intrigas y secretos". Gabriela Cerruti.
2) Op.Cit.