AYER HABLÓ CRISTINA...
Sin cadena nacional...
La tan denostada, criticada, estigmatizada, vilipendiada...cadena nacional. Ésa que, por ley, la Presidenta utiliza como recurso de comunicación para difundir algunos de los actos de gobierno que, si fuera por los medios hegemónicos, quedaría sin ser comunicados. Un periodista opositor llegó a plantear la posibilidad de la "rebeldía" de no cumplir la ley, y rechazarla...Y sin embargo...
Ayer jueves, luego del sorpresivo domingo del ballotage, la Presidenta realizó un acto en la Casa Rosada, inaugurando obras, entregando subsidios, y hablando a los presentes, tanto en el salón propiamente dicho como en los patios internos donde se junta la juventud militante. Esta vez, incluso, hubo mucha gente reunida en la Plaza de Mayo, porque la Casa Rosada resultó chica. Pero no hubo cadena nacional... Los canales que no fueran el canal oficial podían continuar con sus programas ignorando por completo lo que en la Casa Rosada ocurría. Y sin embargo se sumaron a una cadena "espontánea" que, esta vez, parece que sí les interesó mostrar, más allá de si interrumpía o no sus programas habituales, incluída alguna que otra "novela", de esas que, el candidato de la Derecha PRO prometió no interrumpir jamás, porque con seguridad no tendrá nada que comunicar, o porque lo que tenga que decir no sean buenas noticias, o peor aún, porque lo que debería comunicar es mejor que las audiencias no se enteren... mientras siguen entretenidas con su novela.
No importa si les interesaba saber si sus operaciones mediáticas sobre el abandono del ballotage habían dado algún resultado, si querían saber de qué manera la mandataria había acusado el golpe de la sorpresa negativa, si las operaciones que la señalaban como "la gran derrotada" mostraban su ira o su depresión... Todo eso podían ser las mejores excusas, pero no fue lo más importante del hecho comunicativo.
Lo más importante fue observar la dimensión de la HIPOCRESÍA de quienes viven ofendidos e indignando a sus audiencias, apelando a justicias amigas para que prohíban las cadenas nacionales, que apenas terminadas las cadenas no hacen más que criticar, denostar cuando no, insultar a la mandataria por cualquier estupidez, ignorando por completo el contenido de lo dicho, pero sobre todo, las razones por las cuales Cristina Fernández, ya al final de su 2º mandato, se ve obligada todavía a informar (tal como exige la ley) sus actos de gobierno porque los medios hegemónicos no lo hacen.
Todo lo hecho y dicho en contra de las cadenas nacionales ayer NO IMPORTÓ y fue soslayado: tenían interés en SABER ELLOS QUÉ DECÍA la Presidenta, más allá de que a sus audiencias les interesara o no, y entonces ellos solitos armaron la "cadena" y mostraron el acto.
Realmente es agobiante respirar esta atmósfera de falsedad y de ataques permanentes...
Pero es el precio, y la realidad y el tiempo finalmente hacen el equilibrio.
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Ayer jueves, luego del sorpresivo domingo del ballotage, la Presidenta realizó un acto en la Casa Rosada, inaugurando obras, entregando subsidios, y hablando a los presentes, tanto en el salón propiamente dicho como en los patios internos donde se junta la juventud militante. Esta vez, incluso, hubo mucha gente reunida en la Plaza de Mayo, porque la Casa Rosada resultó chica. Pero no hubo cadena nacional... Los canales que no fueran el canal oficial podían continuar con sus programas ignorando por completo lo que en la Casa Rosada ocurría. Y sin embargo se sumaron a una cadena "espontánea" que, esta vez, parece que sí les interesó mostrar, más allá de si interrumpía o no sus programas habituales, incluída alguna que otra "novela", de esas que, el candidato de la Derecha PRO prometió no interrumpir jamás, porque con seguridad no tendrá nada que comunicar, o porque lo que tenga que decir no sean buenas noticias, o peor aún, porque lo que debería comunicar es mejor que las audiencias no se enteren... mientras siguen entretenidas con su novela.
No importa si les interesaba saber si sus operaciones mediáticas sobre el abandono del ballotage habían dado algún resultado, si querían saber de qué manera la mandataria había acusado el golpe de la sorpresa negativa, si las operaciones que la señalaban como "la gran derrotada" mostraban su ira o su depresión... Todo eso podían ser las mejores excusas, pero no fue lo más importante del hecho comunicativo.
Lo más importante fue observar la dimensión de la HIPOCRESÍA de quienes viven ofendidos e indignando a sus audiencias, apelando a justicias amigas para que prohíban las cadenas nacionales, que apenas terminadas las cadenas no hacen más que criticar, denostar cuando no, insultar a la mandataria por cualquier estupidez, ignorando por completo el contenido de lo dicho, pero sobre todo, las razones por las cuales Cristina Fernández, ya al final de su 2º mandato, se ve obligada todavía a informar (tal como exige la ley) sus actos de gobierno porque los medios hegemónicos no lo hacen.
Todo lo hecho y dicho en contra de las cadenas nacionales ayer NO IMPORTÓ y fue soslayado: tenían interés en SABER ELLOS QUÉ DECÍA la Presidenta, más allá de que a sus audiencias les interesara o no, y entonces ellos solitos armaron la "cadena" y mostraron el acto.
Realmente es agobiante respirar esta atmósfera de falsedad y de ataques permanentes...
Pero es el precio, y la realidad y el tiempo finalmente hacen el equilibrio.
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