Los festejos fervorosos y entusiastas, en medio de multitudes apiñadas, celebrando el Bicentenario, con esa sensación de estar siendo parte de la Historia, para no perderse el "Yo estuve allí" que muchos llevábamos en las remeras...
Un grupo de amigos que prefiere perder una mesa para cenar, difícilmente conseguida, con tal de participar del Himno Nacional a las 00 hora del 25 de Mayo, cantado entre lágrimas, sumergidos en la multitud, en el Bicentenario de la Revolución de Mayo...
El entusiasmo por colgar del balcón la bandera argentina en la Semana de Mayo y no retirarla hasta el 17 de Agosto (aniversario del Gral. San Martín)...
Niños vestidos (disfrazados suena superficial...) de granaderos o de San Martín o Belgrano, fuera del ámbito escolar, pero dentro de los festejos populares de fechas patrias...
Las multitudes que hoy, 17 de Agosto, llenan salas, jardines y pasillos del Museo Histórico...y las que llenan bulliciosas el Museo de las Malvinas...
Museo Histórico Nacional |
Un historiador, una socióloga, estarían en condiciones de explicar el fenómeno con mayor propiedad. Lo mío es apenas una descripción de percepciones, de sensaciones, sumadas a los sentimientos propios o compartidos, que pueden resumirse en el slogan escuchado y leído en tantos festejos patrios en estos años: Tenemos Patria, y que puede sintetizar lo que para muchos de nosotros es una victoria cultural.
Hoy 17 de Agosto de 2015, que recordamos un nuevo aniversario del fallecimiento del Gral. José de San Martín, el denominado en algún momento Padre de la Patria, no debería sorprender que el Museo Histórico Nacional haya sido visitado por cientos y cientos de personas. A ese lugar volvió, luego de 48 años y de una historia de idas y vueltas, al final de la cual, el sable que perteneció al General, retornó al lugar que le pertenece. Había sido su compañero en muchas batallas, y en su testamento, lo había legado al Brigadier Juan Manuel de Rosas.
"El 23 de enero de 1844, San Martín redactó su testamento político en París. Allí expresó en la cláusula tres que deseaba que a su muerte el sable le fuera entregado a Juan Manuel de Rosas, por “la firmeza con que ha sostenido el honor de la república contra las injustas pretensiones de los extranjeros que trataban de humillarla”." (El sable corvo de San Martín).
Allí, en el Museo Histórico Nacional al que había sido destinado por voluntad de los herederos del General, volvió este 25 de Mayo. Volvió a un museo revalorizado, embellecido y modernizado, en una sala dispuesta al efecto, y custodiado por los granaderos del cuerpo que el general creó, que son la guardia de todos los presidentes de la Nación y que ahora, además, acompañarán el sable que le perteneció.
Cambio de guardia de los granaderos que custodian el sable corvo de San Martín.
______________________________________________El sable corvo de San Martín se exhibirá en el Museo Histórico Nacional.
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