2. Crear problemas y después ofrecer soluciones. Este método también es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.
Y también en la estrategia N° 6:
6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión. Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido critico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos…
¿Les resultan familiares estas estrategias a los habitantes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires?
Por supuesto sería bastante sencillo encontrar más ideas familiares en las otras 8 estrategias de manipulación que menciona Noam Chomsky (ver la lista completa acá). Pero ayer paseando por mi barrio me encontré con ésto:
¡¡¡Ahhhh!!! (me dije), _Mirá vos...!!! Éstas son las famosas cámaras de seguridad que supuestamente iban a instalar...!
Y confieso que en un primer momento dije: "Qué bien..." Pero luego me acordé de Macri, de su discurso xenófobo magnificado por los medios en los días del Indoamericano , de su demonización de los pobres, de sus políticas de exclusión, de su discurso del MIEDO, y del negocio que conlleva el discurso de la INSEGURIDAD: alarmas en los autos, vidrios polarizados y/o blindados, rejas en casas y departamentos, puertas blindadas, alarmas en las casas, seguros para todo, cajas de seguridad en los bancos, barrios privados, y también el negocio de la instalación de cámaras de seguridad para, supuestamente, prevenir el delito. Y decidí tomar la foto.
Pero mientras tomaba la foto tuve otras sensaciones: ésa cámara a la que yo estaba fotografiando, me estaba enfocando A MÍ, y entonces me acordé de las ESCUCHAS de Macri, del ESPIONAJE de Macri, y la sensación fue de...PARANOIA... ¿Y si ésa foto de la cámara me incrimina, me transforma en culpable? ¿Y si ahora soy YO la observada, la "controlada"?
¡Qué locura, qué disparate, no?!
¿O NO???
El PROblema es la INSEGURIDAD.
La reacción es el MIEDO.
Y la solución es el CONTROL, todo mechadito con el condimento emocional que hace que el discurso penetre de manera indubitable, y hasta el fondo.
El control a través de, por ejemplo, las cámaras de seguridad. Pero no sólo. Porque todos en Argentina tenemos experiencia de "soluciones" mucho más duras, como las que todavía hoy proponen los profetas del ORDEN y la PAZ...de los cementerios, y del ORDEN a cualquier precio, como el que ofrecen algunos candidatos altamente devaluados. Y que el MIEDO es útil a muchos fines: no sólo para promover negocios muy suculentos, sino hasta para imponer modelos económicos, sembrando el miedo a la pérdida del empleo, a la miseria y a la exclusión, como en la década menemista, y el terror, como durante la dictadura, a través de las desapariciones y las torturas.
Historia conocida, tal vez algo olvidada para algunos desmemoriados, como los que votaron a Macri y todavía hoy lo reeligen para que continúe sus desaguisados, para que siga desatendiendo aspectos fundamentales de esta ciudad tan rica, (como la educación, la salud, la vivienda, los sectores más vulnerables, etc.) mientras distrae con gastos que no se entienden, como éste:
Aunque sea difícil de creer, Macri destruye veredas para realizar esta inexplicable decoración: romper veredas existentes, con baldosas rotas o sanas, para reemplazarlas por estas veredas realizadas con cemento y pintadas de...verde!!!
Esperemos que los votantes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires no se traguen el sapo del discurso de la INSEGURIDAD, embelesados con los espejitos de colores de modernas cámaras vigilantes y de veredas pintadas de verde.
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