La idea principal que destaca Gerardo y en la que coincide con Artemio, es aquella según la cual el Kirchnerismo puede comenzar a estancarse o hasta retroceder si no amplía sus horizontes extendiéndose hacia los "independientes" o los indecisos con relación al proyecto kirchnerista.
Éstos son los párrafos de Artemio que destacó Gerardo:
"Comunicación que ya no demanda adjetivación extrema que "orgasmea" a los convencidos pero no amplía el margen hacia los independientes, que es lo que el oficialismo necesita ahora e imperiosamente, además de alterar alianzas en distritos claves que ya analizamos sobradamente en Ramble.
En materia de comunicación oficial entonces, la persistencia de la estrategia de “cazar en el zoológico”, que rindiera sus frutos para consolidar lo propio tras las elecciones del 28 de junio ,culminó, y, como todo en la vida, de ritualizarse ya no producirá efectos positivos, más bien todo lo contrario.
Se trata ahora de comunicar gestión hacia adelante, más acá o más allá de las arterias de Néstor Kirchner y el "deseo de sangre", impotente en lo político y degradante en lo personal de opositores mediáticos y partidarios, que dan asquito, of course."
http://rambletamble.blogspot.com/2010/09/apunte-breve-sobre-la-comunicacion.html
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Y éstos son los párrafos que el compañero Gerardo escribe en su post, como respuesta a Artemio:
Vengo preocupado por esto de la caza en el zoológico y comparto plenamente que hay que salir afuera, que hay muchos debates por dar con los otros, los que tienen dudas, los que les falta un poco de convencimiento, los que aprueban algunas cosas pero no todas, etc.
Sufro casi todas las noches con la audiencia de Radio Cooperativa, que por momentos me atosiga con un fanatismo que desde ningún punto de vista me parece positivo.
Qué estupendo sería poder debatir con estos dos monstruos, tan respetados por mí. En un comienzo leí los comentarios de los que respondieron al post, y pensé en dejar también el mío. Hasta que me di cuenta que iba a ser demasiado largo, y entonces me atreví a volcarlo aquí. Lo ideal para mi sería tener alguna respuesta a mis reflexiones, pero si no es así, al menos habrá servido para que yo pueda volcar lo que siento y pienso. No es poco.
Al principio pensé: "Es cierto. Yo también estoy entre los "convencidos", y a veces puedo parecer una fanática". Y me preocupé. Los fanatismos no son saludables (al margen de lo que decía Evita), aunque a veces los fanáticos son capaces de actos heroicos que los moderados no se atreven a concretar. Sin embargo, la idea del fanatismo remite a otras cosas, como el fanatismo religioso, o el dogmatismo, y eso siempre genera resquemores, no tanto entre los que comulgan con el fanático como entre los moderados. La idea de que los convencidos sólo podemos o queremos dialogar entre los "del palo" (como a veces ocurre en las reuniones sociales, virtuales o reales), es algo real. Eso pasa. Y las razones son difíciles de explicar, porque además cada uno podrá tener las propias. Pero la idea de este debate, en relación a los post de Artemio y de Gerardo, es la de que el kirchnerismo debería abrirse, extenderse hacia aquellos que tienen dudas, que no están convencidos "del todo", a riesgo de estancarse o retroceder. Claro: esto también tiene su lado escurridizo, porque estar convencido "del todo", ¿no cerraría la posibilidad de la mirada crítica? Tal vez no, no lo sé. Tal vez el estar convencido incluya la posibilidad de poder ver no sólo lo mucho que falta por concretar en cuanto a medidas de gobierno, sino que incluso hoy hay muchas cosas que podrían estar haciéndose mejor. Y este debate crítico, ¿habría que darlo entre los convencidos, o debería incluir a los dudosos o no convencidos del todo?
Me miro a mi misma y me digo: ¿cómo llegué a estar entre los "convencidos", viniendo de donde vengo?
No hace siquiera un mes que comencé con este blog, y es tal la necesidad acumulada de expresarme que no paro de escribir, además de leer otros post, intercambiar ideas en las redes sociales, con amigos de carne y hueso, de ver programas de análisis, de escuchar a gente que piensa y se expresa. Pero hace un año atrás, ni siquiera sabía que existía 6,7,8, ni veía la TV pública (para mi era canal 7), ni leía diarios, y tenía armado mi programa semanal de series por cable que nada ni nadie hacía que abandonara.
Había elegido a Néstor Kirchner solamente para votar en contra del turco, al que había sufrido penosamente durante diez años. Y al final de esos diez años, me descubrí alejada cada vez más de la realidad, metida en un anodino exilio interior. A pesar de estar metida en mi refugio, empezaron a llegarme noticias de datos alentadores: se contenía la inflación, el dólar estaba controlado, aumentaban las reservas, bajaba el "riesgo país"...Eso para empezar. Y luego, el tema de las AFJP...como frutilla del postre.
Después llegó Cristina, a quien conocía de su labor legislativa, que me resultaba bastante indiferente, incluso algo antipática, pero que era la garantía de que las políticas de Néstor iban a continuar. Y hacia allí fue mi voto.
Entonces vuelvo a preguntarme cómo llegué hasta acá?, cómo es que ahora soy una "convencida K", si yo toda mi vida había sido antiperonista, luego afiliada-decepcionada radical, y ahora me llaman "cumpa", o compañera, me siento bloggera K, partícipe fervorosa de un proyecto nac&pop. Mi 1º acercamiento a la participación empezó con el "aguante Cristina" por la 125, cuando se olfateaba en el aire el olor a golpe, cuando los cortes de rutas, los titulares de los diarios y los rumores difundidos como mancha de aceite estaban teñidos de intención destituyente. Ése día de la Plaza en apoyo a Cristina fue el dubitativo comienzo, sólo alimentado por una intuición de que había que respaldarla, porque lo contrario hubiera sido dejar abiertas las puertas del infierno.
Pero después todo empezó a darse vuelta como un guante: políticas agresivas, actidudes firmes y confrontativas, actitudes valientes (frente a poderosos antes casi nunca enfrentados), medidas concretas, un proyecto en marcha cada vez más inclusivo, libertades e igualdades promovidas desde el Estado, presencia de Cristina por cadenas casi diarias, informando lo que de otra manera hubiera quedado oculto, ninguneado, tergiversado o menospreciado por los grandes medios. Los festejos del bicentenario no fueron sólo el desfile de Fuerza Bruta. Fueron mostrar y mostrarnos como parte de una América Latina igual de solidaria, igual de inclusiva e igual de valiente, frente a poderosos a los que les conviene que sigamos sometidos (a las políticas neoliberales, al endeudamiento, al FMI). Las ganas furiosas de "cantar el Himno" a las 12 de la noche del 24 de mayo, fue mucho más que un simple gesto: era un síntoma, compartido por millones, sentido piel a piel en el apretujamiento del Paseo del Bicentenario, con el pecho explotando de emoción, y los ojos llenos de lágrimas.
¿Qué fue todo eso sino resultado de un proyecto de país que nos hace sentir parte y llenos de orgullo? ¿Y por qué tantos millones sintieron lo mismo?
Cuando hoy se plantea (como hacen Gerardo, Artemio y muchos otros) que el kirchnerismo tiene que salir a debatir fuera de su círculo para convencer a los no convencidos del todo, o a los que dudan, yo me pregunto quién terminó de convencerme a mi. Y la respuesta es muy sencilla: a mi me convenció Cristina, no sólo con sus elocuentes discursos, sino con su fuerza, su solvencia intelectual, sus actitudes pro instituciones, su respeto por la democracia, el impulso y la puesta en marcha de políticas y/o proyectos inclusivos, igualitarios, que tienen en cuenta el presente pero también el futuro, la búsqueda de justicia, el respeto por la memoria histórica..en fin. Nada que los lectores desconozcan a estas alturas.
Sin embargo, podríamos decir que no todos conocen, o que muchos que los conocen no los creen, o que sospechan que todo está hecho con fines espúreos. Todo aquel que hoy quiera informarse puede hacerlo. ¿Por qué entonces no lo hacen? Y si lo conocen porque se lo ponen delante de las narices (como fueron los millones imposibles de negar que participaron del Bicentenario), ¿por qué siguen creyendo a quienes enturbian esas realidades con sospechas, o peor aún, las niegan invirtiendo su sentido?
En estos 1.000 días con Cristina he perdido amigos, muy queridos, a los que nunca traté de convencer, pero que ni siquiera me permitieron explicar por qué apoyaba a Cristina (o al modelo), tal es el odio que les genera su figura y el gobierno en general. Hay otros amigos con los que no quiero hablar de política porque sospecho cómo piensan, y no quiero perder su amistad. Sentí que debia crearme un perfil de fantasía para no herir susceptibilidades y poder expresarme con total libertad. ¿Cómo puedo tener esperanzas de convencer a otros que ni siquiera conozco? Si lo que significa este gobierno y su política está a la vista de todos, ¿por qué los argumentos se limitan a hablar de corrupción generalizada, de dictadura peor o igual que la de Videla, de ataques a la libertad de prensa o de empresa, incluso de gente que se beneficia de las políticas del gobierno? ¿Por qué el odio hacia Néstor o hacia Cristina, que no se ahorran insultos de lo más abyectos, o deseos sin disimulo de que Néstor "desaparezca" de la escena gracias a un infarto salvador? Y no me refiero sólo a los poderosos que se sienten amenazados, o que se quejan por solidaridad de clase, sino a la gente común, la que vuelca sus deplorables comentarios en las páginas web de los diarios, o como decía un vecino a su kioskero: "Por ahí tenemos suerte y se muere antes"...
Cristina y Néstor podrán seguir creciendo en las encuestas y en el apoyo que reciben, pero mi teoría es que no lo harán gracias a que el debate se abra hacia los no convencidos, sino por las políticas y los proyectos impulsados por el gobierno, por el coraje puesto en hacer crecer la igualdad, la solidaridad, la inclusión, el empleo, por proyectar un futuro para Argentina. Aquellos a los que no les interesa o que no lo quieren ver, seguirán en su postura, llueva o truene. Los otros, tendrán que hacer el esfuerzo de convertirse en mejores argentinos, que dejen de mirarse el ombligo y se hagan responsables con su compromiso.
Me encantaría que este debate continuara, porque me ayudaría a darme cuenta si estoy en el camino correcto o si debería empezar a pensar distinto.
Había elegido a Néstor Kirchner solamente para votar en contra del turco, al que había sufrido penosamente durante diez años. Y al final de esos diez años, me descubrí alejada cada vez más de la realidad, metida en un anodino exilio interior. A pesar de estar metida en mi refugio, empezaron a llegarme noticias de datos alentadores: se contenía la inflación, el dólar estaba controlado, aumentaban las reservas, bajaba el "riesgo país"...Eso para empezar. Y luego, el tema de las AFJP...como frutilla del postre.
Después llegó Cristina, a quien conocía de su labor legislativa, que me resultaba bastante indiferente, incluso algo antipática, pero que era la garantía de que las políticas de Néstor iban a continuar. Y hacia allí fue mi voto.
Entonces vuelvo a preguntarme cómo llegué hasta acá?, cómo es que ahora soy una "convencida K", si yo toda mi vida había sido antiperonista, luego afiliada-decepcionada radical, y ahora me llaman "cumpa", o compañera, me siento bloggera K, partícipe fervorosa de un proyecto nac&pop. Mi 1º acercamiento a la participación empezó con el "aguante Cristina" por la 125, cuando se olfateaba en el aire el olor a golpe, cuando los cortes de rutas, los titulares de los diarios y los rumores difundidos como mancha de aceite estaban teñidos de intención destituyente. Ése día de la Plaza en apoyo a Cristina fue el dubitativo comienzo, sólo alimentado por una intuición de que había que respaldarla, porque lo contrario hubiera sido dejar abiertas las puertas del infierno.
Pero después todo empezó a darse vuelta como un guante: políticas agresivas, actidudes firmes y confrontativas, actitudes valientes (frente a poderosos antes casi nunca enfrentados), medidas concretas, un proyecto en marcha cada vez más inclusivo, libertades e igualdades promovidas desde el Estado, presencia de Cristina por cadenas casi diarias, informando lo que de otra manera hubiera quedado oculto, ninguneado, tergiversado o menospreciado por los grandes medios. Los festejos del bicentenario no fueron sólo el desfile de Fuerza Bruta. Fueron mostrar y mostrarnos como parte de una América Latina igual de solidaria, igual de inclusiva e igual de valiente, frente a poderosos a los que les conviene que sigamos sometidos (a las políticas neoliberales, al endeudamiento, al FMI). Las ganas furiosas de "cantar el Himno" a las 12 de la noche del 24 de mayo, fue mucho más que un simple gesto: era un síntoma, compartido por millones, sentido piel a piel en el apretujamiento del Paseo del Bicentenario, con el pecho explotando de emoción, y los ojos llenos de lágrimas.
¿Qué fue todo eso sino resultado de un proyecto de país que nos hace sentir parte y llenos de orgullo? ¿Y por qué tantos millones sintieron lo mismo?
Cuando hoy se plantea (como hacen Gerardo, Artemio y muchos otros) que el kirchnerismo tiene que salir a debatir fuera de su círculo para convencer a los no convencidos del todo, o a los que dudan, yo me pregunto quién terminó de convencerme a mi. Y la respuesta es muy sencilla: a mi me convenció Cristina, no sólo con sus elocuentes discursos, sino con su fuerza, su solvencia intelectual, sus actitudes pro instituciones, su respeto por la democracia, el impulso y la puesta en marcha de políticas y/o proyectos inclusivos, igualitarios, que tienen en cuenta el presente pero también el futuro, la búsqueda de justicia, el respeto por la memoria histórica..en fin. Nada que los lectores desconozcan a estas alturas.
Sin embargo, podríamos decir que no todos conocen, o que muchos que los conocen no los creen, o que sospechan que todo está hecho con fines espúreos. Todo aquel que hoy quiera informarse puede hacerlo. ¿Por qué entonces no lo hacen? Y si lo conocen porque se lo ponen delante de las narices (como fueron los millones imposibles de negar que participaron del Bicentenario), ¿por qué siguen creyendo a quienes enturbian esas realidades con sospechas, o peor aún, las niegan invirtiendo su sentido?
En estos 1.000 días con Cristina he perdido amigos, muy queridos, a los que nunca traté de convencer, pero que ni siquiera me permitieron explicar por qué apoyaba a Cristina (o al modelo), tal es el odio que les genera su figura y el gobierno en general. Hay otros amigos con los que no quiero hablar de política porque sospecho cómo piensan, y no quiero perder su amistad. Sentí que debia crearme un perfil de fantasía para no herir susceptibilidades y poder expresarme con total libertad. ¿Cómo puedo tener esperanzas de convencer a otros que ni siquiera conozco? Si lo que significa este gobierno y su política está a la vista de todos, ¿por qué los argumentos se limitan a hablar de corrupción generalizada, de dictadura peor o igual que la de Videla, de ataques a la libertad de prensa o de empresa, incluso de gente que se beneficia de las políticas del gobierno? ¿Por qué el odio hacia Néstor o hacia Cristina, que no se ahorran insultos de lo más abyectos, o deseos sin disimulo de que Néstor "desaparezca" de la escena gracias a un infarto salvador? Y no me refiero sólo a los poderosos que se sienten amenazados, o que se quejan por solidaridad de clase, sino a la gente común, la que vuelca sus deplorables comentarios en las páginas web de los diarios, o como decía un vecino a su kioskero: "Por ahí tenemos suerte y se muere antes"...
Cristina y Néstor podrán seguir creciendo en las encuestas y en el apoyo que reciben, pero mi teoría es que no lo harán gracias a que el debate se abra hacia los no convencidos, sino por las políticas y los proyectos impulsados por el gobierno, por el coraje puesto en hacer crecer la igualdad, la solidaridad, la inclusión, el empleo, por proyectar un futuro para Argentina. Aquellos a los que no les interesa o que no lo quieren ver, seguirán en su postura, llueva o truene. Los otros, tendrán que hacer el esfuerzo de convertirse en mejores argentinos, que dejen de mirarse el ombligo y se hagan responsables con su compromiso.
Me encantaría que este debate continuara, porque me ayudaría a darme cuenta si estoy en el camino correcto o si debería empezar a pensar distinto.
5 comentarios:
Hola Greta: En este preciso instante tengo que hacerle el morfi a mi hijo y su amigo. Prometo luego responderte. Besos
Greta, tu proceso es similar al de muchísimos argentinos que se han volcado a favor del gobierno.
Hay un desafío que está instalado por el devenir de los hechos, no por Artemio, por mi ni por nadie y es que para ganar las elecciones de 2011 se necesita juntar muchos más votos que los que por el momento se calcula que se tienen. Esto es algo concreto y si querés es una faz de la disputa política un tanto viscosa, pero ineludible. Para ganar hay que sumar más votos que los otros y los votos que hay que salir a buscar no son de personas que puedan compartir mucho de lo que vos y yo pensamos. (Si lo escuchás a Luciano anoche en mi programa es bastante claro al respecto)
El núcleo en esta disyuntiva es, creo, cómo nos paramos los que venimos del progresismo no peroncho ante el desafío de participar en la construcción de una política de mayorías. Si elegimos estar dentro, pues tenemos que prepararnos para convivir y/o coexistir con sectores con los que tenemos muy pocos acuerdos. Si por el contrario desechamos esta posibilidad y elegimos participar de una política más chica, estaremos con menos gente al lado pero, eso sí, gente más afín a nosotros. En este sentido creo que los kirchneristas no peronistas (soy uno de ellos) estamos haciendo una experiencia muy valiosa y rica. Pero creo que el desafío es, en líneas generales, este que acabo de describir.
Te mando un beso.
La mayoría de la Izquierda Argentina, en general, nunca supo por donde pasaba lo Nacional & Popular. A pesar de declamar estar a favor de los trabajadores, nunca entendió que significaba Perón para los humildes. hace unos años decidí sumarme al peronismo, ya que creo que por alli pasa el sentimiento de un pueblo. Con todos los eventos a que asistimos desde antes de la 125 hasta ahora, creo que hice bien en sumarme. Los sectores que representan a la verdadera "clase media", eso que en realidad no Pertenecen a ninguna clase, ya que estan circunstancialmente parados alli, porque aspiran a salir de allí lo antes posible. Yo me identifico claramente con los que menos tienen, con los abusados, con los torturados, con los asesinados y los desaparecidos. Este Gobierno hizo muchas cosas Muy Buenas con las que me identifico plenamente. Es por eso que los apoyo. Se que hace falta todavia reformar los impuestos y hacer que los que más tienen sean los que más paguen y otras cosas para bajar la corrupción endémica de la Argentina. Creo firmemente que estamos en el camino correcto, me gusta más el Perfil de Cristina, pero como sea creo firmemente que este es el camino correcto.
Gerardo: supongo que lo que condiciona mi punto de vista es la dificultad que encuentro en poder concretar ese "debate hacia afuera". Soy débil ante los ataques y las resistencias. Entonces me focalizo en mi propia experiencia.
Gracias por tu opinión.
Otro beso para vos.
Rodolfo: gracias por tu comentario. Yo también creo que debemos sumarnos, cualquiera sea el sector al que pertenezcamos.
Un abrazo.
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