La metáfora puede parecer exagerada, amigo lector, pero así es como los medios gráficos (y televisivos) hegemónico-opositores mostraron el episodio vivido por el ex presidente Néstor Kirchner respecto de su internación por un problema de salud.
La noticia real fue que, por una cuestión de prevención y ante evidentes signos de lo que podría derivar en un infarto de miocardio, el ex presidente fue internado en un sanatorio de la Ciudad de Buenos Aires a fin de que se le practicara una angioplastía coronaria.
Muchos nos enteramos a través de Twitter, cuando algunos alarmados e incrédulos posteos empezaron a repicar la noticia, finalmente confirmada a través de varias fuentes, sobre todo por titulares de algunos medios en la web. Con la lógica preocupación, los seguidores de Néstor devorábamos ansiosos toda información posible, y a través de donde la misma apareciera: canales de televisión, páginas de internet, los tuiteos de otros usuarios.
Luego de una noche de preocupación y de palpitar el apoyo dado por muchos jóvenes que se acercaron hasta el sanatorio para hacer el "aguante a Néstor", quienes podían contactarse con allegados a la familia, informaban como podían que estaba bien, que Cristina estaba con él para pasar la noche, y que todo estaba bien encaminado.
Pero a la mañana siguiente, algunos medios titulaban de esta manera:
En pocas horas, y bastante antes de lo previsto, el ex presidente se retiró del sanatorio con la presidenta Cristina, su esposa, y fue visto y escuchado por todos los que allí estaban y fueron testigos de que finalmente, no se había tratado de algo tan grave, después de todo, o al menos, que lo que pintaba como algo muy serio, había terminado muy bien y más pronto de lo esperado.
Néstor Kirchner saliendo del sanatorio Los Arcos, junto a su esposa, la presidente Cristina Fernández.
Los titulares son apenas un indicio, bastante leve, de lo que fueron los contenidos de estas editoriales. Tan bajo cayeron algunos de ellos en sus expresiones, que daban la impresión de estar deseando la muerte del ex presidente. Apenas pudieron disimular el odio y el veneno que los corroe, y que destilaba a través de sus textos, con poco o ningún disimulo. Tal vez el más miserable sea el de Joaquín Morales Solá, quien ya anticipaba desde el título el sentido carroñero de su contenido:
COMIENZA A DIBUJARSE LA FINITUD KIRCHNERISTA...
Cómo se puede ser tan canalla, Morales Solá, cómo se puede caer tan bajo...!
Pero pasado el asco inicial ante tanta búsqueda carroñera, y luego de escuchar otros repiques tanto o más miserables (como los de Alfredo Leuco o Pepe Eliaschev), muchos trataron de entender esa necesidad de plasmar tanto odio a través de las palabras, dichas o escritas. La nota de Mario Wainfeld en Página 12, titulada "Odio y proyección" y publicada el miércoles 15/09/10 es un excelente ejemplo respecto de cómo podría entenderse semejante ensañamiento:
Pero tal vez la explicación sea más sencilla, y pueda entenderse tanto odio no sólo como una proyección, sino como un enmascaramiento del miedo.
Viendo los resultados de algunos sondeos respecto de la intención de voto para las elecciones del 2011, de distintas consultoras, puede entenderse la alarma que en algunos sectores debe estar encendiéndose, dada la contundencia de los resultados. Tanto la consultora Equis (de Artemio López) como la de Ricardo Rouvier (Ricardo Rouvier y Asociados) ubican al ex presidente en una posición muy aventajada con relación a los 2º y 3º puesto, ocupados por Ricardo Alfonsín (del Radicalismo) y Mauricio Macri (del PRO) respectivamente, en la intención de voto para las elecciones del 2011.
Es muy probable, entonces, que ese miedo que aparece disfrazado de odio sea la expresión de una especie de magia simpática: la manifestación de las palabras propician la concreción de los deseos, esto es, que Néstor Kirchner desaparezca del escenario electoral.
¡Cuánto primitivismo detrás de fachadas pseudointelectuales!
Este mundo civilizado puede aparecer más salvaje e impiadoso aún que el mundo natural.
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