Una aclaración: me hubiera encantado hacer acotaciones, del tipo "tomá pá vo", o "en tu cara Paul O´Neill", o "no se hagan los giles y dejen de tomarnos el pelo", o "para uds. también hay", etc., pero le hubiera quitado seriedad a un discurso tan impresionante, oportuno, de una sinceridad sin parangón y tan trascendente, además lleno de dignidad y de memoria... De manera que me limité a dividirlo en temas, y destacar de diversas maneras lo que, a mi criterio, era importante. Sepan disculpar y espero que les resulte útil. Y por si hiciera falta recordarlo, salvo algunas referencias muy puntuales, TODO el discurso fue DICHO, NO LEÍDO, que no es lo mismo que NO PENSADO... Lo cual puede que le quite perfección, pero se enriquece por su autenticidad.
Sepan comprender mi admiración y mi ORGULLO.
Greta.
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DISCURSO COMPLETO DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN CRISTINA FERNÁNDEZ EN LA 68º ASAMBLEA GENERAL DE NACIONES UNIDAS
Muy buenas noches a todos y a todas; señor Presidente de la Asamblea
General de Naciones Unidas una especial felicitación, en representación
de Antigua y Barbuda, miembro del RULAC y del CELAC, un honor para todos
los latinoamericanos su presidencia, en esta 68º reunión de Naciones
Unidas.
En principio nuestra solidaridad con las víctimas del
atentado de Kenia, también de Pakistán, en general, de todas las
víctimas de los atentados terroristas que se producen, hoy, en distintas
partes del mundo. Lo nuestro no es desde una solidaridad, o mención
protocolar. En nuestro país, la Argentina, junto a los Estados Unidos de
Norteamérica, son los dos únicos países del continente americano que
han sufrido ataques terroristas. En nuestro caso, en dos oportunidades:
en el año 1992, con la voladura de la Embajada de Israel, en la Ciudad
de Buenos Aires, y dos años más tarde, la voladura de la AMIA, la mutual
de la comunidad israelita en la Argentina. Algunos de sus familiares –
como siempre – nos acompañan y los diviso desde aquí.
Por lo
tanto, la claridad de saber que estamos ante verdaderas víctimas porque
no son combatientes, no son soldados, es gente que subía a un ómnibus,
entraba a un bar, entraba a su lugar de trabajo y era sorprendida por un
artefacto letal, no había decidido participar en ninguna guerra, no era
combatiente, no era soldado, no había elegido ir a pelear. Creo,
entonces, que fundamentalmente a esas víctimas y a sus familiares es con
quien debe estar expresada nuestra solidaridad y nuestra más firme
condena a todo tipo de terrorismo.
(Tema Siria y reforma del Consejo de Seguridad:)
No puede escapar a esta
68ºAsamblea, atravesada por la cuestión Siria, casi premonitoriamente
estuve hace muy poco tiempo, aquí también, en las Naciones Unidas,
presidiendo la sesión del Consejo de Seguridad. Argentina es miembro no
permanente, durante los años 13 y 14 y ese 6 de3 agosto, hace poco menos
de mes y medio, proponíamos la reforma del Consejo de Seguridad porque
sosteníamos que su funcionamiento, su lógica databa de la post-guerra,
databa de la Guerra Fría donde el temor al holocausto nuclear había
creado ese organismos integrante de las potencias que había vencido a la
Alemania nazi y que luego, producida el mundo bipolar y la Guerra Fría,
ante el temor de un holocausto nuclear se había creado ese
funcionamiento, con poder de veto, de modo tal que nadie pudiera apretar
un botón y que el mundo volara por los aires.
Lo cierto es que
ese instrumento que funcionó desde 1945, hoy se ha demostrado
absolutamente antifuncional y obsoleto no solamente frente a la cuestión
Siria, sino también ante otros frentes contra la paz y contra la
inseguridad en el mundo.
Yo he escuchado y agradezco, también,
el hecho de que por primera vez podamos hablar tan avanzada una sesión
porque se rompió, un poco, la lógica y la inercia de lo que suelen ser
estás reuniones, donde cada uno viene con un formato de discurso donde
casi es un monólogo, que le impide interactuar, o tal, vez argumentar o
contra-argumentar contra otros discursos y otras ponencias que han
tenido lugar aquí.
Yo he escuchado atentamente muchos, casi
todos los discursos que se han pronunciado, hoy, en el día de la fecha.
Obviamente he prestado mayor atención a aquellos que inciden en el
sistema de decisiones global, y también – por supuesto – he prestado
mucha atención porque soy una firme defensora del multilateralismo al
primer discurso, al del señor secretario general de Naciones Unidas, Ban
Ki-moon. En muchos de ellos he escuchado como que el 21 de agosto,
nosotros habíamos hablado del 6 de agosto de la necesidad de reformular
ese Consejo de Seguridad, de que ya no existiera el derecho de veto, que
se adoptara – por ejemplo – el sistema que tenemos en los organismos
regionales de América, como el UNASUR, como el CELAC, como el MERCOSUR,
donde las decisiones se toman por consenso. ¿Por qué? Porque a
diferencia de un organismo de gestión de gobierno, donde el derecho de
veto es necesario para poder gobernar cuando se trata de la gestión de
resolución de conflictos, si una de las partes que está en el conflicto,
o que tiene intereses en el conflicto tiene el derecho a veto, este
derecho a veto se convierte necesariamente en un obstáculo para la
resolución del conflicto. No sabíamos qué iba a pasar 15 ó 16 días
después. Y muchos mencionaron, aquí, que el 21 de agosto se produjo la
crisis de Siria.
(Tema: uso de armas, químicas o convencionales):
En realidad, resulta bastante
incomprensible que se hayan dado cuenta que en Siria había una crisis
únicamente el día 21, cuando estalló el escándalo de las armas químicas.
Siria viene con un enfrentamiento desde hace dos años y medio, han
muerto más de 150 mil personas, y el 99,99 por ciento de esas personas
han muerto por medio de armas convencionales, no armas químicas.
Recuerdo que en la última Reunión del G-20, cuando se abordó y se
discutió el tema de la cuestión Siria planteé: “¿qué diferencia hay
entre un muerto por una metralla, por una mina antipersonal, por un
misil, por una granada que por un arma química?”. Tal vez impresione más
o menos, tampoco es la primera vez porque se habla de armas químicas
como si estuviéramos por primera vez ante un fenómeno de armas químicas o
de armas de devastación masiva.
Recordaba un
mandatario, que intervino también en el día de la fecha, de las cámaras
de gas de los nazis, terribles, las trincheras, también armas químicas
en otro lado. Yo también recuerdo, porque me lo contaron y porque lo
leí, porque no había nacido, del holocausto nuclear en Nagasaki e
Hiroshima y las consecuencias de ese uso de esas armas durante muchas
generaciones de japoneses. Ya más, y más joven – como recordaba el
presidente del Uruguay, cuando era joven – yo también fui joven recuerdo
cuando tenía menos de 20 años y muchos de ustedes también lo deben
recordar el uso de napalm o fósforo, en la Guerra de Viet-Nam que
inmortalizaron aquellas fotografías, que recibiera el Premio Pulitzer y
que eran chicos desnudos, una chica desnuda – lo recuerdo como si fuera
hoy – corriendo en un camino y habiendo sido objeto de un bombardeo de
napalm. También recuerdo – para ser justo – el dolor de la sociedad
norteamericana viendo abrir el vientre de sus aviones y bajar, en bolsas
negras, los cadáveres de sus soldados que había ido a pelear. Me
imagino el dolor de cada madre, de cada novia, de cada hermana, de cada
esposa, de cada hija de cada uno de esos soldados que moría, vaya a
saber por qué, muchos sin saber por qué, a miles y miles de kilómetros
de su país. Cuánta irracionalidad, cuanta injusticia. No hay guerras
justas, no hay guerras justas, sólo la paz es justa.
Y decíamos, ese 6 de agosto, cuando abordábamos el concepto de cómo
tratar la paz y la seguridad y decía yo, que la paz y la seguridad no
son conceptos militares, son conceptos políticos. Hoy tuve una gran
satisfacción, cuando escuchando al señor secretario general de Naciones
Unidas, mencionaba este concepto que habíamos dado en el Consejo de
Seguridad: la paz y la seguridad no son conceptos militares, son
conceptos políticos.
Por eso saludamos el hecho de
que se haya podido arribar a un acuerdo en la cuestión Siria. Nosotros
nos opusimos a la intervención directa, al bombardeo. Era simple y
sencillo: el argumento de que para evitar muertos íbamos a provocar más
muertos no se sostenía desde ningún lugar argumentativo y racional. Pero
además no hablábamos desde cualquier lugar, hablábamos de un país muy
respetuoso de las normas escritas del derecho internacional. Mi país es
firmante del Tratado de no Proliferación Nuclear, siendo Argentina uno
de los países de mayor, sino tal vez el de mayor desarrollo nuclear de
América latina. Desarrollo nuclear que lo hacemos únicamente con fines
pacíficos y científicos, vendemos generadores nucleares a Egipto, a
Argelia, a Australia. También tenemos la energía nuclear destinada a
fines medicinales, o sea no andamos condenando el uso de la energía
nuclear con fines de guerra y al mismo tiempo desplazamos submarinos
nucleares como nos pasa – por ejemplo – a los argentinos en nuestra
disputa de soberanía sobre nuestras Islas Malvinas, donde el Reino Unido
militariza el Atlántico Sur y envía submarinos nucleares. O sea no
tenemos doble estándar, no somos hipócritas. No solamente somos
firmantes del Tratado de no Proliferación Nuclear, somos además miembros
de la Corte Penal, de Roma, también mencionada en su discurso por el
señor secretario general de Naciones Unidas, o sea cuando hablamos de la
condena a dictadores hablamos de que somos parte de ese tribunal y por
tanto podemos estar sometido a ese tribunal.
(Tema DDHH:)
También
formamos parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, con
sede en Washington; lo curioso es que muchos de los que hablan de
derechos humanos, de respeto a las instituciones y al derecho
internacional, y a la Corte Penal de Roma y a cuanto discurso sobre
derechos humanos ande por allí suelto no han firmado ninguno de estos
tratados. Y qué hablar de derechos humanos en la República Argentina, hemos
sido miembros fundadores e impulsores, primero, de la creación de la
Secretaría de Derechos Humanos, en el ámbito de Naciones Unidas y,
luego, del Tratado sobre Desaparición Forzada de Personas.
Me acompaña también, hoy aquí, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo,
quien también me acompañó en París para firmar aquel tratado, del cual
también somos fundadores. Menciono este tema de los derechos humanos
porque también en otro discurso, no quiero equivocarme, hoy se dijo: “si
ese es el mundo en el que la gente quiere vivir”, se refería a aquellos
países que creemos realmente que hay una diversidad cultural, y que hay
valores que tal vez nos parezcan a nosotros absolutos y a otros les
parezca relativo, y viceversa, he escuchado hablar de tolerancia. A mí
no me gusta la palabra tolerancia, la palabra tolerancia siempre
implica: “te aguanto porque no tengo más remedio”. A mí me gusta la
palabra aceptar, aceptar al otro, aceptar que el otro es diferente y que
el otro acepte que yo soy diferente. Se dijo, hoy aquí, que “si ese es
el mundo en que la gente quiere vivir deberían decirlo y contar con la
fría lógica de las fosas comunes”. Argentina también puede hablar de
fosas comunes, todavía – en pleno siglo XXI – estamos descubriendo fosas
con los restos de los miles de detenidos y desaparecidos, durante la
dictadura genocida, del 24 de marzo de 1976, similar a la que se
instaló un 11 de septiembre de 1973, en la hermana República de Chile,
derrocando al gobierno democrático de Salvador Allende.
(Tema "doble estándard" y el conflicto con el Reino Unido por Malvinas:)
Cuánto nos hubiera gustado que tantos discursos condenando a dictadores
genocidas hubieran podido estar en aquella época, como nos hubiera
gustado que vinieran a ayudar a los pueblos argentinos, chilenos y a
tantos otros del continente americano, que en medio de la Guerra Fría
éramos las víctimas propicias de dictadores y asesinos. Pero también se
dijo acá, que si bien se respetaban los derechos humanos podría tratarse
el caso de alguien que como fuera coincidente con los intereses de
alguna potencia se comportarán de otro modo. De estás cosas hablamos y
de este doble estándar hablamos, de la necesidad de acabar con este
doble estándar y que las resoluciones, que las decisiones de este
organismos multilateral, como es Naciones Unidas, se cumplan a rajatabla
para débiles y para fuertes, para grandes y para pequeños. Lo estamos
esperando nosotros, por ejemplo, desde 1965, cuando el plenario de la
resolución y muchísimas otras resoluciones posteriores de esta Asamblea y
del Comité de Descolonización obligan a ambos países, a la República
Argentina y al Reino Unido a sentarse a dialogar, diálogo otra palabra
que he escuchado recurrentemente en todos los discursos, a dialogar
porque hay una controversia de soberanía sobre territorio malvinense.
Sin embargo, caso omiso absoluto, por parte del Reino Unido y así
seguimos con esto de los dobles estándares, que a algunos no les gustan
que se mencione, por las hipocresías, pero que son como las brujas, que
si las hay las hay evidentemente.
(Tema: reconocimiento del Estado de Palestina:)
También he
escuchado y debo decir con agrado, no solamente voy a decir las cosas
que me parecen doble estándar, sino también con las que estamos de
acuerdo, que finalmente se ha reconocido la necesidad como base esencial
para lograr comenzar a desatar ese nudo gordiano que es la cuestión de
Medio Oriente, la necesidad del reconocimiento del Estado de Palestina y
del derecho del Estado de Israel también, a vivir dentro de sus
fronteras en forma segura. Es más, creo que con mucho acierto se ha
dicho, que es imposible lograr seguridad para el Estado de Israel si no
se reconoce también la existencia y se viabiliza físicamente la
existencia del Estado palestino. No podemos menos que coincidir con esta
caracterización.
(Tema AMIA y acuerdo con Irán:)
También, he escuchado al nuevo Presidente de
la República Islámica de Irán y he escuchado los comentarios que las
grandes potencias han hecho sobre este cambio de gobierno. Me pareció
entender, si no he escuchado mal, que hay una suerte de nueva
expectativa de cambio frente a la renovación de las autoridades de la
República Islámica de Irán que, como ustedes saben, tenemos una
diferencia producto de que la causa AMIA y la Justicia argentina han
acusado formalmente a 5 ciudadanos iraníes de haber tenido participación
en la voladura de la AMIA.
Desde hace 10 años, se cumplen 10
años desde que por primera vez, quien fuera presidente de la Argentina a
partir del 25 de mayo del año 2003, el presidente Néstor Kirchner,
reclamara en este mismo reciento cooperación a la República Islámica de
Irán para el esclarecimiento de los hechos.
Año tras año él,
hasta el año 2007, y desde el año 2007 hasta la fecha, quien habla
también hemos venido reclamando…esto es más, hace 1 año recibimos una
respuesta por parte del entonces canciller iraní para entablar una
conversación y arribar a un acuerdo de cooperación.
¿Por qué? Y
por una razón muy sencilla: porque la causa está estancada desde hace
19 años, no se moviliza y si hay 5 acusados iraníes, con los únicos que
puedo y tengo que hablar para que el juez pueda tomar una declaración a
estos 5 ciudadanos es, obviamente, con la República de Irán. Parece muy
obvio, pero muchas veces en este mundo tan particular, y en mi país
también que es un poco particular, hay que explicar las cosas obvias.
Lo cierto es que también escuché hablar hoy de elecciones imperfectas.
Me gustó el término que utilizó un presidente, “elecciones imperfectas”.
Creo que cuando la Argentina vino pidiendo la cooperación durante 10
años y de repente alguien que ha venido demandando la cooperación dice
“bueno, vamos a conversar, vamos a cooperar”, me parece que no había
otro elección posible que sentarse. Esto fue utilizado internamente en
nuestro país para atacarnos políticamente.
Y también aquí en
Estados Unidos por los fondos buitres para ponernos en contra del
Congreso americano y decir que estábamos haciendo un acuerdo con Irán.
Sí, claro, un tratado con Irán pero ¿sobre qué? ¿Sobre armas nucleares?
No. ¿Sobre una alianza estratégica para atacar Occidente? No. ¿Sobre un
acuerdo para convertirnos al islam? Tampoco.
Simplemente el
acuerdo era destrabar la cuestión procesal y permitir tomar declaración a
los acusados por la Justicia argentina y, al mismo tiempo, la garantía
del debido proceso con una comisión de juristas internacionales, que no
fuera ni iraníes ni argentinos, que garantizaran, sin ser vinculante, el
debido proceso.
En mi país, ese tratado ya fue aprobado hace 9
meses, casi diría que está por nacer el niño, si lo midiera en términos
biológicos y de parto. Fue aprobado por todos los organismos
competentes, el Parlamento, fue publicado en el Boletín Oficial, el
mundo tiene conocimiento que Argentina ha dado cumplimiento a este
tratado, a los que decían que era tan conveniente para Irán, diríamos
que después de 9 años sin tener ninguna noticia ni ninguna notificación
ni ninguna aprobación por parte de las autoridades, me permito dudar de
que realmente no tuviéramos razón nosotros cuando firmábamos y decíamos
que era un instrumento para destrabar la cuestión.
Lo cierto es
que hay nuevo gobierno; lo cierto es que esperamos que este nuevo
gobierno, a quien también escuché atentamente en el discurso y también
leí declaraciones del actual Presidente de la República Islámica de
Irán, que dijo que de ninguna manera se niega el Holocausto, es creo
algo muy importante, lo es por lo menos para mí y creo que lo es para
muchísimos ciudadanos globales, ciudadanos del mundo, que hoy inclusive
en su discurso manifestó que precisamente la sociedad iraní había dado
muestras a través de esta elección, desplazando a quien tenía posturas,
bueno, que todos hemos escuchado, no vale la pena repetirlas, por
posturas más moderadas, una vocación, por lo menos lo que se dijo aquí,
en este mismo lugar, con estos mismos micrófonos, una voluntad de
acordar, de hablar, de estar abiertos, de ser una sociedad democrática,
de paz y de buena voluntad.
Bueno, el Presidente de Francia
mencionó el expediente nuclear como la cosa importante de Irán. Yo
quiero mencionar el expediente AMIA como la otra gran cuestión.
Dijeron que van a dar muestras abriéndose a una negociación en el tema
de que no quieren armas para uso militar, o sea que van a adherir –por
lo menos es lo que entendí- a lo que adherimos nosotros, a la no
proliferación. Ahora esperamos que nos digan si se ha aprobado el
acuerdo, cuándo se va a aprobar en casa negativo y que, además,
pudiésemos tener una fecha de conformación de la comisión, una fecha
también para que el juez argentino pueda ir a Teherán, sí a Teherán, no
tenemos miedo, vamos a ir a Teherán, no tenemos miedo. Porque además,
creemos en la buena voluntad de la gente, no tenemos porqué no creer que
quieren la paz. Todos los que pasaron hablando por acá, todos, dijeron
que quieren la paz, que se aman unos con los otros. Así que, les creemos
a todos, pero esperamos de todos opciones coincidentes entre lo que
dijeron y con lo que vayan a hacer.
Por eso, dejo planteado
este tema puntualmente, que no tengo dudas, de ser ciertas las palabras
que aquí se pronunciaron, vamos a tener respuesta positiva.
Digo esto para que no se confunda nuestra profunda convicción con las
normas del Derecho Internacional, tampoco se confunda nuestra paciencia
con ingenuidad o estupidez. Queremos, creo que ha pasado un tiempo más
que prudencial, respuestas. Lo merecen las víctimas y yo creo que lo
merece la propia República Islámica de Irán si es que realmente quiere
demostrarle al mundo que hay un gobierno diferente y que hay acciones
diferentes. Yo confío en que así sea; no tengo por qué no hacerlo.
(Tema DEUDA y Fondos Buitres:)
Con respecto a otras cuestiones que también me interesaría plantear,
estos serían…Yo digo que nosotros somos cumplidores seriales de las
normas del Derecho Internacional y somos también víctimas seriales de
otras normas no escritas, normas no escritas pero que hoy tienen una
gran importancia en el mundo de la economía y de las finanzas, normas no
escritas por los grandes centros financieros, por las calificadoras de
riesgo, por aquellos que especulan como los fondos buitres con aquellos
países que como la Argentina defaultearon su deuda allá por el año 2001,
sumiendo…
Se habló también en este recinto de pobreza, se habló de la necesidad de que los chicos y las niñas tengan educación.
Yo quiero leer 2 párrafos del discurso del señor Secretario General de
Naciones Unidas: uno, que se refiere a las armas, donde habla de la
pobreza y señala que “mientras tanto en momentos de necesidades humanas
apremiantes el gasto en armas continúa siendo absurdamente elevado,
corrijamos nuestras prioridades, invirtamos en la gente en lugar de
desperdiciar miles de millones en armas letales”. La Argentina, aclaro,
no produce armas químicas ni siquiera vende armas convencionales.
Sería interesante averiguar quién provee de armas a los grupos, esto lo
dije en el G-20, a los grupos rebeldes que enfrentan al gobierno de
Siria, porque, bueno, va de lógico que el gobierno de Siria tiene las
armas que tiene el Estado, nos gustaría saber quiénes proveen las armas
de los que enfrentan al gobierno sirio. Y esto no significa en absoluto
tomar parte por nadie, simplemente es plantearnos cosas que so muy
lógicas y que constituye hoy un verdadero negocio como es el negocio de
las armas. Porque Dios mío, ¿hubo que esperar que murieran 1.000
personas con armas químicas para descubrir que habían muerto 150.000?
¿Por qué no se decretó el embargo de armas hace 2 años para evitar que
muriera tanta gente? Bueno, eso deberían contestarlo los que venden
armas, nosotros no las vendemos, así que es una respuesta que realmente
no la podemos dar en este ámbito, aunque la imaginamos.
Quiero
leer también una parte muy importante donde el Secretario General de
Naciones Unidas hablaba de la situación económica. Porque si bien toda
esta Asamblea fue cruzada por la cuestión Siria, está claro que la
crisis económica que comenzó aquí en Estados Unidos con la caída de
Lehman Brothers en 2008 y que pese a los discursos y pese a las cosas,
sigue produciendo una situación volátil, quebradiza, como se
dijo…Quebradiza es un término que se utilizó mucho, no acá sino en el
G-20, quebradizo, vemos millones de desocupados en el mundo, similar
situación a la que vivió Argentina en el año 2001 con el default de la
deuda.
Y a eso iba, a que somos víctimas seriales también de
esas reglas no escritas de los lobistas, de las calificadoras de riesgo,
de los derivados financieros que siguen especulando como buitres sobre
los países que caen en default, compran bonos a muy escaso precio y
luego pretenden cobrar sumas millonarias. Esta es la historia de la
Argentina, pero puede ser la historia de cualquier otro país en muy poco
tiempo.
La Argentina, a partir del gobierno del presidente
Kirchner, del 25 de mayo de 2003, comenzó a dedicarse a ver cómo
podíamos salir de esa deuda que significaba el 160 por ciento del PBI de
nuestro país; 25 por ciento de desocupación; 54 por ciento de pobreza;
30 y pico por ciento de indigencia. Muchos países que hoy también
podrían verse reflejados.
En el año 2005 se produce la primera
reestructuración de la deuda: entra un 76 por ciento de los acreedores.
Durante mi gestión, en el año 2010, se vuelve a abrir el canje de la
deuda y llegamos a un 93 por ciento de los acreedores de la deuda.
Tengan en cuenta ustedes que en cualquier país que tiene una ley de
quiebras cuando quiebran las empresas, se requiere para llegar a un
acuerdo, por lo menos en la Argentina, que esté de acuerdo un 66 por
ciento de los acreedores para que el juez de la quiebra obligue al resto
de los acreedores a aceptar ese acuerdo.
Aquí en Estados
Unidos creo que es también la misma cifra, el 66 por ciento. Es más,
aquí en Estados Unidos pueden quebrar hasta las municipalidades y un
juez puede determinar que si es necesaria la sustentabilidad de la
municipalidad, puede haber menos del 66 por ciento.
Lo cierto
es que la Argentina en el año 2010 había llegado y ha llegado a un
acuerdo con el 93 por ciento de sus acreedores. Y desde entonces, desde
el año 2005 a la fecha, ha pagado en término y rigurosamente cada uno de
los vencimientos de su deuda. A punto tal que el último pago se hizo
hace pocos días, era un bono con legislación local, con legislación
argentina, pagadero en Buenos Aires, se pagaron 2.070 millones de
dólares y de aquel 160 por ciento del PBI, hoy estamos en un 45, un poco
menos, del PBI de deuda, de la cual gran parte es dentro del propio
sector público y en moneda extranjera Argentina está debiendo solamente
el 8,7 por ciento de su PBI, tanto a tenedores privados nacionales como
extranjeros. Pero reitero: venimos cumpliendo rigurosamente.
Hete aquí que en el año 2008, 7 años después de que la Argentina había
defaulteado su deuda, fondos buitres, como se los llama, yo digo esta es
una ONU entre los buitres de la deuda y los halcones de la guerra, es
peor que la de los pájaros de Hitchcock, por lo menos Hitchcock era un
buen director.
Pero lo cierto es que compraron por 40 millones
de dólares bonos que hoy pretenden cobrar por afuera del acuerdo de los
acreedores que acordaron quitas, que acordaron períodos de plazo, como
hace todo grupo de acreedores que acordaron y entonces establecen quitas
y plazos de pago, quieren cobrar la totalidad a valor nominal del bono,
sin ningún plazo ni quita ni espera. O sea, de 40 millones de dólares
que lo compraron en estos benditos mercados autoregulados, cobrar hoy
1.700 millones de dólares o más. Un rendimiento en dólares del año 2008 a
la fecha que supera el 1.300 por ciento.
Yo me pregunto y le
pregunto al Secretario General Ban Ki-moon, ¿dónde vamos a encontrar
empresarios que se dediquen a crear empleos, a innovar, a invertir en
producción, en generar trabajo cuando en realidad, a partir de una
suerte de economía casino, alguien compra 40 millones de dólares en
bonos defaulteados y luego consigue una sentencia judicial que le dice
que puede cobrar 1.300, 1.700 millones de dólares?
Esto no es
un problema de la Argentina, esto es un problema del mundo. Por eso,
agradecemos también a la República de Francia el haberse presentado ante
la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos como “amicus
curiae”. También agradecemos a la extitular del Fondo Monetario, Anne
Krueger, que no es precisamente una amiga ni nunca lo fue de la
República Argentina que también lo hizo.
Y recordamos aquel
secretario del Tesoro americano, Paul O’Neill, que cuando decidieron
soltarle la mano a la Argentina, en el año 2001, con una crisis social,
institucional y más de 30 muertos por represión en las calles, dijo que
los plomeros americanos o norteamericanos no tenían por qué pagar la
fiesta de los argentinos.
Yo digo hoy que los millones de
argentinos que recuperaron el trabajo, los millones de argentinos que
volvieron a tener esperanzas e ilusiones, los científicos que retronaron
al país, los chicos que volvieron a tener educación, tampoco tienen por
qué pagar la fiesta de los lobistas que porque participan en campañas
políticas y ponen plata en las campañas de los políticos aquí, tiene el
poder de lobby suficiente para lograr hacer tambalear el sistema
financiero internacional.
¡Qué cosa, no! Y miren qué poco
tiempo pasó entre aquella aseveración de Paul O’Neill y esto que estamos
manifestando hoy. Y no estamos pidiendo nada, estamos pidiendo
simplemente que nos dejen pagar.
¡Qué cosa, no! De haber
defaulteado la deuda, hoy no nos quieren dejar pagar la deuda. Resulta
casi absurdo en un mundo que se debate en reestructuraciones de deudas,
en millones de hombres y mujeres, inclusive aquí en Estados Unidos, uno
puede ver hombres y mujeres sin trabajo, que han perdido su casa, que
han visto disminuido su empleo, ni qué hablar en una Europa devastada.
Obviamente, la Argentina y muchos de los que estamos sentados aquí, no
tenemos la suerte de ser países que emitamos moneda de reserva. Pero lo
cierto es que hemos evidenciado una voluntad de cumplimiento que creo
que debe ser reconocida bajo pena, bueno, de que en realidad se quiera
instalar una doctrina de que se quiera castigar o escarmentar a la
Argentina porque pudo salir del pozo, pudo generar empleo, pudo generar
crecimiento, pudo pagarles a sus acreedores sin las recetas que se le
querían imponer desde el Fondo Monetario Internacional.
Dicho
sea de paso, la necesidad también de determinar una ley global, una
regulación global de mercados y una intervención. Porque ha habido
declaraciones fantásticas del G-20 en cuanto a las guaridas fiscales,
calificadoras de riesgo, movimientos de capitales. Pero lo cierto es que
el mundo necesita de una normativa global para una gobernanza global,
de la misma manera que se pide respetar las resoluciones del Consejo de
Seguridad, de la Asamblea de Naciones Unidas, pedimos también normativas
y también el respeto a la soberanía de los países y, fundamentalmente, a
los países que queremos cumplir.
Yo quiero finalmente,
dirigirme a todos ustedes en este día tan particular en donde se
entremezclan la guerra, las violaciones a los derechos humanos, o a
otras violaciones también a los derechos humanos, tal vez más sutiles
como la de perder el trabajo, perder los derechos, perder la vivienda,
perder la esperanza.
Creo que, en definitiva, nuestra
obligación como dirigentes globales, es construir una historia diferente
en serio. Muchos de los que aquí pasaron tuvieron discursos un tanto
ambivalentes, entre esperanzadores y entre desilusionados porque no
habían podido hacer lo que querían, como si de repente hubiera sido algo
así como un capricho, como querer hacer algo, no lo dejaron y se
enojaron.
Yo creo que lo único que uno no pude hacer cuando
tiene la responsabilidad de conducir un país y, sobre todo, cuando se
tiene la posibilidad de conducir un país con mucho poder, es enojarse y
mucho menos equivocarse. Esto es lo único que no podemos hacer:
equivocarnos. Porque los errores, no los pagan los dirigentes que toman
las decisiones o hacen las elecciones imperfectas; los errores se pagan
en vidas humanas, sin son de la guerra, pero también en vidas humanas si
son de la economía, en desocupación, en falta de salud, en falta de
educación, en falta de vivienda, en inseguridad, en mano de obra barata
para el narcotráfico que tanto decimos combatir.
Una de las
claves para combatir el narcotráfico es terminar con la mano de obra
barata de los países emergentes y subdesarrollados y también terminar
con el lavado de dinero del narcotráfico en los países centrales. Porque
la verdad que el dinero del narcotráfico, no se lava en los países que
producen la materia prima; el dinero del narcotráfico se lava en los
países centrales. Bueno es decirlo también ya que tanto se habla del
narcotráfico y se habla de tantas cosas.
(Tema final: de pasiones y com-pasiones).
Voy a terminar con una
frase que pronunció el señor Secretario General de Naciones Unidas, me
gustó mucho, me pareció muy apropiada la convocatoria que realizaba y
que era, precisamente, una convocatoria de convertir la esperanza en
acción a través del trabajo duro, del compromiso, la habilidad y la
integridad y finalizaba diciendo: “Con pasión –yo soy una persona con
mucha pasión, a veces dicen que me excedo en esto de la pasión y soy un
poco fuerte en mis exposiciones, pero bueno-, pero sobre todo con
compasión podemos construir el futuro que su gente desea y que nuestro
mundo necesita”. Compasión, no es la primera vez que escucho esa
palabra; debo confesarles que la escuché hace muchos años en mi país con
mucha frecuencia. Tal vez lo entendí en ese momento por esto de la
pasión, ¿no?, la pronunció y la pronuncia todavía un cardenal argentino
que hoy es Papa, a quien también le agradezco como cristiana la
intervención fundamental que tuvo también en esto de la cuestión Siria.
Compasión, pasión por la esperanza, pasión por el provenir, pasión por
el futuro y compasión por los que menos tienen, por los más vulnerables,
por los que esperan todo, por los que no han hecho nada para merecer la
miseria y el estar dejados de la mano de Dios. Con compasión para todos
aquellos que son víctimas de la guerra, de la desocupación, de la
miseria, de la pobreza, en definitiva, de nuestros propios fracasos como
dirigencia global.
Muchas gracias y muy buenas noches a todos y a todas.
También dejo el video completo de la exposición, por si alguien quiere, además de leerlo, verlo y escucharlo.
(24/09/2013: 68º Asamblea de la Organización de las Naciones Unidas).
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