¡Están ahí, a la espera! Pero a la espera de los efectos de lo que ellos mismos generan. Porque saben que el odio supuestamente desaparecido, no estaba muerto: sólo dormido. Y un episodio relacionado con la salud presidencial no hizo más que despertar los sentimientos más impiadosos de cierta parte de nuestra sociedad. Quienes lo alimentan defienden intereses, económicos o de clase, pero también pelean por su libertad, porque este gobierno al que atacan con saña y sin pausa, es el único que, hasta ahora, fue capaz de intentar ponerles freno a su avasallamiento de todo, incluso de la Justicia. Tal vez por eso la siembra del odio es tan feroz, y mediante la telaraña mediática y de poder que tejieron, llegan hasta ese corazón oscuro que todavía anida en ciertas personas.
Muchas voces indignadas se alzaron para señalarlo, pero yo elegí las de un cura, porque me parecieron la mejor síntesis de lo que siento y pienso:
Eduardo de la Serna: cura de Opción por los pobres. |
CANALLADA
La palabra “canallada” no es una palabra muy usada en
el lenguaje cotidiano. Aunque la Real Academia diga que pertenece al
lenguaje “coloquial”, será a los coloquios españoles que se refiere,
porque no se escucha que sea usada por el común de la gente. Las
palabras que se escuchan son otras para decir lo mismo. Pero es un
término que se entiende. Se sabe qué es un “canalla” y qué cosa es una
“canallada”.
Canallada fue leer “viva el cáncer” pintado en el hospital donde
Evita agonizaba. Una canallada fue palpar la decepción de varios cuando
Cristina no tenía el cáncer que le deseaban. Y ante el actual deterioro
de la salud de Cristina, víctima de un hematoma subdural, la canallada
devino en orgía. Orgía en los comentarios escritos en las noticias de
los diarios, en los mensajes de texto o mails en cadena. Pero, en
general, esos enfermos de odio quedan protegidos por el anonimato que
impide, ya sea responder o simplemente bloquearlos. La cosa se agrava
cuando esa canallada tiene nombres propios de personas públicas, sea
Mauricio Macri, Julio Bárbaro, Chiche Duhalde, Jorge Lanata, Jorge
Giacobbe, Felipe Solá, Beatriz Sarlo, Joaquín Morales Solá, Mariano
Grondona y tantos otros participes cómplices de la canallada desde las
usinas del Grupo Clarín, que seguirá gozando de su impunidad y
omnipotencia, gracias a la cobardía inminente de jueces que no se
atreverán a fallar la constitucionalidad de la ley de medios.
Canallada es decir que Cristina fingió o que saca rédito político de
su enfermedad (como si ellos no sacaran rédito de cada muerte por gripe
A, accidentes de trenes, inundaciones y sadismos varios), que lo hizo a
propósito para disimular la derrota electoral.
Canallada es no poder disimular su alegría ante la debilidad de la
Presidenta, a lo que suman la actitud destituyente ante el
vicepresidente electo hablando con liviandad, sin fundamento y
aparentando desconocer (o en algún caso simplemente desconociendo) la
Constitución Nacional y sus mecanismos en estas circunstancias.
Canallada es cada vez más todo lo que hacen desde las usinas
generadoras de malestar, de lavado de cabezas, con el único objetivo de
no perder poder, y –si es posible– acrecentarlo.
Cuando veo, escucho y leo toda esa canallada, esa jauría de
canallas, me pregunto. ¿No era –según esos mismos personajes– Cristina
la que fomentaba la crispación, la división (o grieta) y el odio? Debo
estar leyendo mal, porque mi sensación es todo lo contrario. Debo ser
más cristinista de lo que creía, porque me parecen ellos los que la
provocan y creo que quizás debamos celebrar que Cristina sea más “cabeza
dura” que lo que ellos desean, y los golpes que le tiran “minuto a
minuto” solamente le provoquen un hematoma y nos permitan desear que
pronto la tengamos otra vez trabajando por un país para todos y todas y
no exclusivo para sus mandantes. Un país que sea casa de todos y todas y
no un country para un grupito soberano e infame. O canalla.
Frente a la Fundación Favoloro, en donde la Presidenta fue operada con éxito y continúa internada, las muestras de apoyo, de aliento y de amor, continúan. Cristina Fernández de Kirchner recoge lo que ha sembrado.
Mensajes en la Fundación Favaloro. |
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2 comentarios:
¡Qué chillen y vomiten su odio! No podrán con Ella, ni con nosotros.
¡Ya lo creo que no van a poder!
Gracias Iris!
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