Mark Weisbrot: economista estadounidense*. |
"La Casa Rosada le vende al pueblo una imagen distorsionada".
"La Casa Rosada crea una realidad paralela".
(Frases del diario brasileño O globo de esta semana).
“Argentina y la soja mágica: el ‘boom de los commodities’” que nunca fue”.
(nota de Mark Weisbrot en el diario The Guardian el 12/5/2012).
¿A quién creerle? ¿Quiénes son los que crean los mitos y por qué?
¿Por qué un economista estadounidense publicaría lo que piensa sobre el tema del supuesto boom de la soja en un diario británico (The Guardian), mito utilizado por ciertos círculos abonados a la economía neoliberal para explicar el crecimiento de la economía argentina? ¿Alguno llegará a creer que fue "comprado" por el gobierno K? ¿Que fue favorecido por un "plan social"? ¿Que tuvo "miedo" a la furia de Cristina y por eso escribió lo que escribió? (Ver la nota de The Guardian original en inglés AQUÍ: http://www.guardian.co.uk/)**.
Recordemos que el diario brasileño "O globo" es el mismo holding mediático-político que hizo la guerra al gobierno de Lula y sigue haciéndosela a Dilma Roussef, que defiende intereses (los propios y los de su sector económico concentrado) y que, junto con otros holdings mediáticos en toda Latinoamérica se oponen a cuanto gobierno popular amenace con sus políticas al mantenimiento de sus posiciones de privilegio, y por lo tanto, de poder real. No es casual que O globo diga lo que dice, y que lo levanten los diarios argentinos que lo levantan. Una mano lava la otra, y las dos lavan la cara. (Ver nota levantada por el medio argentino opositor Infobae AQUÍ).
Entonces, entre los tantos mitos que crean y difunden a fin de esmerilar las figuras políticas elegidas democráticamente en la región y restarles mérito por las políticas exitosas implementadas, está el de atribuir el éxito de las políticas económicas (a contramano de las recomendadas y exigidas por el FMI o la UE y que tan desastrosos efectos están produciendo), al viento de cola, a la suerte o.....al boom del precio de los commodities, es decir, de las materias primas, y en especial como en Argentina, al de la soja. Como si conducir un navío con viento de cola fuera, simplemente, dejarse llevar... El mito del "viento de cola" sirve, además de para minimizar la efectividad de las políticas soberanas, para justificar sus errores de diagnóstico, y peor aún, sus pronósticos nunca cumplidos.
Los economistas del establishment, acá, allá y en todas partes, los que vaticinan catástrofes que nunca se cumplen, o se suben al supuesto prestigio de una ciencia matemática alejada de la realidad, no son ajenos a la creación de los mitos. Los vemos todos los días desfilando por los canales que pertenecen al mismo poder real opositor a los gobiernos populares, de acá y de allá. Y la mayoría de ellos no sólo responden a los interesados que les pagan, sino que muchas veces son, incluso, parte de esas mismas empresas o corporaciones que les pagan. Sin embargo, nadie les pide cuentas por los "errores" de diagnóstico ni por los vaticinios incumplidos. La mala praxis de los economistas gurúes nunca es castigada, ni siquiera con el desprestigio. Por lo menos varios de ellos siguen con total impunidad siendo referentes de consulta para los mismos holdings mediáticos. En nuestro país, algunos van pasando muy lentamente de los focos de los programas de TV a los pequeños títulos en algunos diarios, ocupando gradualmente el lugar de la referencia ridícula (Prat Gay paseándose con Victoria Donda por las playas, Lavagna diciendo después de un año que las elecciones fueron fraudulentas, etc.). Pero son los menos.
Volviendo al mito del "boom de la soja" y el "viento de cola", dice el economista Mark Weisbrot en algunos párrafos extraídos de su nota:
Uno de los grandes mitos sobre la economía argentina que se repite casi
todos los días es que el crecimiento rápido de la economía durante la
década pasada se debe a un "boom de las exportaciones de commodities".
(...)
Una posibilidad se basaría en la cantidad: la producción y la
exportación de estos productos crece tan rápidamente que constituyen una
gran parte del crecimiento real de producción en el país. Por lo tanto,
como un asunto de contabilidad, podríamos considerar el crecimiento del
PIB real para 2002-2010 y preguntar, ¿cuánto de este crecimiento real
(ajustado por inflación) se debe a las exportaciones de commodities?
Resulta que sólo el 12 por ciento del crecimiento real del PIB durante
este período se debió a algún tipo de exportaciones en lo absoluto. Y
sólo una fracción de este 12 por ciento se debió a las exportaciones de
commodities, incluyendo a la soja. Por lo tanto, el crecimiento
económico de Argentina de 2002-2010 no fue una experiencia de
crecimiento impulsado por las exportaciones, bajo ningún concepto, y
todavía menos un "boom de los commodities".
La otra posibilidad se basa en los precios: los precios de la soja y las
exportaciones de otras materias primas también subieron durante una
parte de este período. Esto puede impulsar la economía de varias
maneras, incluso si la cantidad física de exportaciones no aumenta tan
rápidamente como la economía. Si esto estuviera impulsando el
crecimiento de la economía Argentina, esperaríamos ver un crecimiento
del valor en dólares de esas exportaciones más rápido que en el
crecimiento del resto de la economía. Pero esto tampoco ocurrió. El
valor de las exportaciones agrícolas (incluido lo de la soja por
supuesto), como porcentaje del PIB de Argentina no subió durante la
expansión. Estaba a aproximadamente un 5 por ciento del PIB cuando la
economía comenzó a crecer en 2002 y a un 3,7 por ciento del PIB en 2010.
El uso del mito del "boom de los commodities" es una manera en que los
detractores de Argentina hacen caso omiso del crecimiento económico de
Argentina como pura casualidad. Pero la realidad es que la expansión
económica ha sido liderada por el consumo interno y la inversión
doméstica. Y sucedió porque el gobierno argentino cambió sus políticas
macroeconómicas más importantes: monetarias, fiscales y cambiarias. Eso
es lo que sacó a Argentina de su depresión de 1998 a 2002 y la convirtió
en la economía de crecimiento más rápido en las Américas.
Ahora, la importancia a nivel mundial de cómo realmente ocurrió la recuperación de Argentina: como yo y muchos otros economistas hemos escrito, las políticas que actualmente se están imponiendo en las economías de la eurozona, especialmente las más débiles - son similares a las que Argentina sufrió durante la depresión que la llevó a su impago de las deudas y la devaluación. Estas políticas fueron procíclicas, es decir que amplificaron el impacto de la recesión. Junto con una tasa fija, y un tipo de cambio sobrevaluado, hicieron que la economía empeorara. Debido al impago de su deuda y a la devaluación de su moneda, Argentina quedó libre para cambiar sus políticas macroeconómicas más importantes.
Si las autoridades europeas (la Comisión Europea, el Banco Central y FMI) siguen bloqueando la recuperación económica de la eurozona con medidas de austeridad sin sentido, cada país querrá considerar alternativas más racionales con el fin de restablecer el pleno empleo. Se les dice a los habitantes de Grecia, España, Portugal, Irlanda y otros países todos los días que se tienen que tragar esta medicina amarga, y que no hay alternativa al sufrimiento prolongado ni al alto desempleo que están experimentando. Sin embargo, la experiencia argentina - en realidad, más que en las representaciones míticas - indica que esto no es verdad. Sin duda hay alternativas mejores - y no tienen nada que ver con la soja ni los booms de exportaciones de los commodities”.
Ahora, la importancia a nivel mundial de cómo realmente ocurrió la recuperación de Argentina: como yo y muchos otros economistas hemos escrito, las políticas que actualmente se están imponiendo en las economías de la eurozona, especialmente las más débiles - son similares a las que Argentina sufrió durante la depresión que la llevó a su impago de las deudas y la devaluación. Estas políticas fueron procíclicas, es decir que amplificaron el impacto de la recesión. Junto con una tasa fija, y un tipo de cambio sobrevaluado, hicieron que la economía empeorara. Debido al impago de su deuda y a la devaluación de su moneda, Argentina quedó libre para cambiar sus políticas macroeconómicas más importantes.
Si las autoridades europeas (la Comisión Europea, el Banco Central y FMI) siguen bloqueando la recuperación económica de la eurozona con medidas de austeridad sin sentido, cada país querrá considerar alternativas más racionales con el fin de restablecer el pleno empleo. Se les dice a los habitantes de Grecia, España, Portugal, Irlanda y otros países todos los días que se tienen que tragar esta medicina amarga, y que no hay alternativa al sufrimiento prolongado ni al alto desempleo que están experimentando. Sin embargo, la experiencia argentina - en realidad, más que en las representaciones míticas - indica que esto no es verdad. Sin duda hay alternativas mejores - y no tienen nada que ver con la soja ni los booms de exportaciones de los commodities”.
Las opiniones sobre economía, o mejor dicho, sobre políticas económicas de un país soberano, dichas en un medio de comunicación con el poder del brasileño O globo, no son inocentes ni casuales. Argentina es un MAL EJEMPLO para las recetas convenientes a los sectores del poder, de acá, de allá y de todo el mundo occidental. Por eso los medios más poderosos son instrumentos y la voz más fuerte e influyente, junto con sus secuaces repetidores (como Infobae) para ayudar a construir consenso y sentido común, aunque sean construcciones mentirosas y tengan poco o nada que ver con la realidad. Por eso mismo es importante desbaratar sus estrategias, para ponerlos en evidencia y derribar los mitos que tanto contribuyen a mantener el statu quo. (Ver nota de Página 12 sobre el mismo tema ACÁ).
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*Mark Weisbrot: es codirector del Centro de Investigación en Economía y
Política en Washington, y presidente de Just Foreign PolicyEconomista del Center for Economic and Policy Research.** Traducción al español del artículo de Weisbrot AQUÍ.
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