24 de Marzo: por la MEMORIA, la VERDAD y la JUSTICIA.
“A
Quique lo mataron, como ustedes ya se enteraron, para mí es tremendo,
no lo puedo soportar, era el hombre más hermoso que existe, como pareja
era dulce, cariñoso, alegre y triste, habíamos comenzado a formar una
familia en serio, cosa que nos era difícil, pues siempre es más fácil
ser una pareja de compañeros con un hijo que ser una familia montonera, y
en eso andábamos, éramos muy queridos por la gente del barrio donde
vivíamos. Con el Pichu era hermosísimo, lo cuidaba, lo bañaba, le daba
de comer y jugaba todo el tiempo con él, el Pichu lo oía llegar y ya se
empezaba a reír. Y como compañero y jefe era justo, humano, flexible,
muy reflexivo y con una capacidad muy grande para amar al pueblo, a los
compañeros de trabajo, a los vecinos, a todos los que conocía y no
conocía. Creo que no se puede expresar aquí lo que era, uds. Lo
conocieron, pero creo que en este último año, superó muchísimas cosas, y
se convirtió en un ejemplo de marido, padre, compañero y jefe.
Mi
objetivo es que el Pichu viva en un sistema socialista, sin alienación,
yo estoy aquí por él y por todos los demás Pichus de la tierra, no
creas que es inconciencia o inmadurez, en estos momentos no es joda, y
cada uno de nosotros vive pensando en todo, la muerte, el costo, si vale
la pena o no, si después será mejor, etc.
Yo
quiero vivir, y espero vivir muchos años, sobre todo por el Pichu, para
darle todo el amor que siento por él, y enseñarle cómo era su padre, y
cuánto lo quería, si no estuviera él, no sé si me importaría tanto
vivir, seguro que no, porque con Quique se fue toda mi vida, sólo vivo
del recuerdo hermoso de dos años de amor, y sólo pienso que está
enterrado, que no ve, no ama, no odia, no piensa, que ya no es. Sólo
vive en mí, en los compañeros y en la gente que lo quería. Pero él, toda
esa fuerza que era su vida está muerta. Tengo muchísimos deseos de
poder creer en Dios, para por lo menos consolarme y pensar que ahora es
espíritu, pero no creo, y la realidad es más tremenda que cualquier
ilusión.
Lo
peor no es el que se queda, sino el que se va, ‘al que lo van’, que
hasta el 21 de abril a las 17.30 era vida, y a partir de ahí no es.
El
Pichu al principio se puso mal, lloraba y estaba triste, un poco porque
me veía a mí, y otro poco porque lo extrañaba, oía un silbido y miraba
ansioso para ver si era el viejo, y cuando reconocía otra cosa se ponía
mal.
Ya
le han salido dos dientes y dice papá todo el día, es hermoso y
buenísimo, es igual a Quique. Vive comiendo y durmiendo, el 11 cumplió 7
meses y pesa 10 kgs.
Me
dijo Lidia que les mandó una foto. Espero poder criarlo yo, y bien,
como queríamos con Quique, sólo que ahora me parece todo más difícil al
tener que hacerlo sola.
Silvia,
yo no me voy, porque le debo mucho a nuestros muertos. Quique, Mingo,
Jaimito, Carlitos Agosti, y miles de compañeros caídos, cada minuto mío
es de ellos, y de los que vendrán, y de los que hoy pasan hambre”.
Lucila
Eduardo (Wado) de Pedro, ahora como miembro del Consejo de la Magistratura. |
Eduardo (Wado) de Pedro siempre me produjo ternura. Sin haberlo visto demasiado en los medios (una característica muy de La Cámpora), la única vez que se presentó en TV, en el programa 678 admitiendo (y demostrando) su dificultad para expresarse de corrido (tartamudo asumido, disfluente como él mismo se llama, y como se identifica con humor en Twitter: @wadodecorrido), sólo sirvió para entender por qué no era un orador frecuente desde su banca de diputado. Pero nada más lejos de una figura insegura o improvisada. Basta ver su recorrido de los últimos años: vicepresidente junto a Mariano Recalde de la recuperada aerolínea de bandera, luego diputado electo y ahora integra nada menos que el Consejo de la Magistratura. Yendo un poco más atrás, lo encontramos militando en la organización H.I.J.O.S. desde el año 1995 (desde donde organizaba los famosos "escraches" a represores que la Obediencia Debida radical había dejado libre), o juntando esfuerzos, articulación y organización con militantes de NBI (Necesidades Básicas Insatisfechas, donde militaba Mariano Recalde), y otras agrupaciones, ya antes de ingresar a la carrera de Derecho, y mientras trabajaba en Tribunales. Su rica historia como hijo de desaparecidos montoneros y como militante hasta confluir en la agrupación La Cámpora, está contada en detalle en el libro: "Fuerza propia: La Cámpora por dentro", de la periodista Sandra Russo. (*) El derrotero de Wado de Pedro está signado por la búsqueda de un pasado familiar que fue reconstruyendo (tenía apenas 2 años cuando su madre fue secuestrada, su padre Quique de Pedro había sido secuestrado y asesinado un año antes), a pesar de que él sabía que era hijo de desaparecidos, y criado con sus tíos maternos y junto a sus muchos primos. Pero quería SABER, en una época en la que nadie quería hablar en la ciudad de Mercedes donde vivía. Tampoco en los grandes medios se hablaba, luego de las leyes radicales de impunidad.
"Yo ya sabía que los habían matado, pero quería saber por qué militaban mis viejos, quiénes eran, por qué peleaban", dice Wado en la nota que la periodista le hizo para el libro. Tratando de saber, una vecina que estuvo cuando fue el "operativo", le contó que él y su madre estaban refugiados en la bañera. Y allí les dispararon (estaban los agujeros de bala todavía). Pero también supo que el objetivo del operativo no era siquiera matar a "subversivos" simulando un enfrentamiento, sino hacerse de una importante suma de dinero que sabían había en la casa.
Parte de la reconstrucción de ese pasado familiar fue conocer, a través de la carta que su tía Silvia recibió de su mamá Lucila, qué pensaba ella de sí misma, de su lucha, de sus ideales, de lo que deseaba para su hijo y para todos los que como él vinieran en el futuro, del amor hacia su compañero Quique, del amor de Quique hacia Wado, de cómo lo extrañaba y necesitaba para vivir, y de cómo, a pesar de todo, no quería irse del país, justamente por todos los que ya habían muerto, y por el futuro de los que todavía estaban, porque quería seguir luchando y resistiendo por aquello en lo que creía.
Ése es el valor inmenso de esa carta llena de amor y de convicciones, los que Wado recibió y atesoró, y que lo llevó a comprometerse en tratar de conseguir aquello que sus padres no lograron. Luchar con su militancia para no perder la memoria, buscar la verdad y conseguir justicia. Y la militancia incluye (según el pedido y las enseñanzas de Néstor y Cristina) prepararse para gestionar en el Estado. Para que deje de ser un refugio de burócratas y se llene de gestionadores capaces de llevar a la gestión pública aquello en lo que creen. Militar, hacer política, gestionar para cambiar la realidad. Con dirigentes que, aunque estén en gestión, no abandonen el trabajo territorial. Algo bien distinto a lo que, tradicionalmente, se considera ser "empleado del Estado".
La figura de Wado de Pedro, el hijo de Lucila Révora, recorrió digna y orgullosamente el camino que sus padres le marcaron, a través de sus convicciones, pero también a través de su amor. Wado es uno de los muchos ejemplos de esta generación "puente" entre la generación diezmada de los 70´ y las Madres y Abuelas que los buscaron, tanto a los hijos desaparecidos como a los nietos apropiados.Además de ternura, siento por Wado y por todos ellos, respeto y admiración. Estoy segurísima que, con jóvenes como él, los sueños de memoria, verdad y justicia van a ser más fáciles de alcanzar.
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(*) Fuerza propia. La Cámpora por dentro. Cómo surgió y hacia dónde va la agrupación que se ubica en el corazón del kirchnerismo. Capítulo: Wado de Pedro. El Pichu.
2 comentarios:
Excelente nota sobre una persona practicamente desconocida para muchos -me incluyo- con un pasado de militancia..y del que se han burlado algunos que se consideran "periodistas"
Evelyn..(¿ese es tu nombre no...?) hace unos días estuvimos de vacaciones por el norte de nuestra pcia., Neuquén... y en Chos Malal, (antigua capital pcial) una ciudad de poco más de 3 mil habitantes, recordaba tu nota sobre el ,Plan Pro.Cre.Ar. y los teros de la publicidad.. Caminando por sus calles de tierra, entre los álamos, en unas pocas cuadras encontramos 3 carteles del Plan....
De paso te cuento que en mi barrio, en el que estaban desapareciendo los teros pero había carteles del plan... ahora es imposible comprar un terreno... gracias a los créditos y construcciones (del Plan), los precios se han disparado un 50% y es imposible conseguir lotes en la ciudad.
Hola Eduardo. Qué bueno volver a leerte. Sí, también para mí Wado era casi un desconocido. Y gracias al libro de Sandra pude conocer su historia y su militancia, ahora su gestión. Te recomiendo fervorosamente ese libro, ya que tanto y tan mal se ha hablado de La Cámpora, viene muy bien leer lo que dicen los propios protagonistas.
Gracias por leerme. Te mando un abrazo.
Greta
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