Si algo define quién manda en la casa, no hay dudas que se trata de quién maneja el control remoto. En especial, el del aparato de televisión, tal vez uno de los primeros en aparecer. Este pequeño aparato se ha revelado como la gran herramienta del televidente y la pesadilla de los publicistas y de los mismos programas.
Desde que apareció, sentí que las posibilidades que me brindaba, eran lo más parecido a la libertad. No sólo la libertad de cambiar de canal rápidamente, sino de suprimir, por ejemplo, el sonido durante la tanda publicitaria. Claro, luego resultó que a veces la tanda publicitaria era más atractiva que algunos programas, o que los publicistas se las ingeniaron para meter las publicidades dentro de los mismos programas (los famosos "chivos"), aunque fuera ilegal. Pero hoy en día, y aunque esté prohibido, esa costumbre incorporada sigue subsistiendo.
Una de las mejores utilidades que encontré en el control remoto fue la suprimir el sonido durante algunos programas, cuando esperaba que éste, en algún momento, mejorara la oferta frente a aquello que me molestaba o desagradaba, y entonces pudiera volver el sonido al programa. Esto solía ocurrir, con pasmosa frecuencia, el día que elegía ver uno de los almuerzos de la Sra. Martínez, más conocida por el afrancesado nombre de Mirtha Legrand.
Estos programas, con su glamorosa conductora, eran (y continúan siendo) para muchos un escenario de exhibición, una especie de pasarela. Cualquiera que quisiera recibir un espaldarazo, promocionar alguna actividad, adquirir algún reconocimiento o ser mediáticamente conocido, debía pasar por esas coquetas mesas, adornadas con rosas rococó rosadas. Para muchos, todavía hoy, tiene cierta importancia, cuando no prestigio, mostrarse en esa mesa y ser un invitado a la misma, el símbolo de "haber llegado", pero lentamente y gracias al devenir de algunos acontecimientos de gran importancia, social y política, de nuestro presente, y gracias a ciertos extremos a los que ha llegado la Sra. Martínez, esa mesa está comenzando a quedarse con sillas vacías.
Estos programas, con su glamorosa conductora, eran (y continúan siendo) para muchos un escenario de exhibición, una especie de pasarela. Cualquiera que quisiera recibir un espaldarazo, promocionar alguna actividad, adquirir algún reconocimiento o ser mediáticamente conocido, debía pasar por esas coquetas mesas, adornadas con rosas rococó rosadas. Para muchos, todavía hoy, tiene cierta importancia, cuando no prestigio, mostrarse en esa mesa y ser un invitado a la misma, el símbolo de "haber llegado", pero lentamente y gracias al devenir de algunos acontecimientos de gran importancia, social y política, de nuestro presente, y gracias a ciertos extremos a los que ha llegado la Sra. Martínez, esa mesa está comenzando a quedarse con sillas vacías.
Desde hace muchos años, el interés que despertaban algunos invitados a esta mesa hacía que me detuviera como una espectadora más. Sin embargo, sus modos antipáticos e insoportables, hasta su destemplado timbre de voz, hacían que me salteara toda la introducción, esperando a que sus invitados se fueran sumando. Pero no más comenzar el almuerzo y las entrevistas, se me hacía tan intolerable que optaba, 1º por bajar el volumen, y después por hacer definitivamente, zápping...¡Santo Control Remoto!
En estos días y gracias a estas declaraciones del actor Federico Luppi (ver video) que la critican muy duramente, la Sra. Martínez se despachó apuntando sus venenosos dardos contra la Presidente, pasando primero por el jefe de gabinete (Aníbal Fernández), como si todos aquellos que la contradicen o se atreven a criticarla formaran parte de una conspiración para atacarla, simplemente porque ella critica "algunas cosas" de este gobierno. Como si las personas que se atreven a cuestionarla no tuvieran sus propios criterios y necesitaran que "alguien les dé letra", como ella dice mostrando su menosprecio por la capacidad de pensamiento de las personas que opinan distinto.
A raíz de las respuestas dadas en su programa contra las (des)calificaciones de Luppi contra la sra., algunas invitadas al programa (como Marilina Ross y Julia Zenko) decidieron no responder a la invitación a la mesa del día siguiente (ver nota acá), explicando sus motivos, a las que se sumaron las duras críticas del conductor y productor Gerardo Sofovich en el mismo sentido.
Pero esta señora Martínez, con sus muchísimos años a cuestas (que las fotos muestran de manera despiadada, a pesar de sus muchas cirugías y de las cámaras piadosas que la miman en su programa), tiene una audiencia fiel que la admira, trata de imitarla pero sobre todo...le cree. Y le cree porque, como pasa con la mayoría de nuestras elecciones culturales, coincide con su pensamiento.
Esta señora, nacida Rosa María Martínez en Villa Cañás, provincia de Santa Fe, con una hermana gemela a quien nunca muestra (con la excusa de que es tímida y no pertenece a los medios, pero que revelaría obscenamente su decrépita realidad física), devenida en actriz del star sistem argentino (a imitación del hollywoodense) ex diva de la era de los teléfonos blancos, casada con un conocido director de cine de origen francés (Daniel Tinayre), dejó su provinciana procedencia para encaramarse al glamour del Barrio Parque porteño. El mismo barrio en el que comparte vecindad con otros glamorosos como Mauricio Macri y Susana Giménez. Cambió su poco sofisticado Martínez por el más afrancesado Legrand, que unido al Tinayre la transformó en una especie de actriz-típica-de-Hollywood-que-se-casa-con-productor-de-cine...pretendiendo en el mismo acto, subir de status y subir de clase.
Ya se perdieron en la noche de los tiempos los inicios de sus famosos almuerzos, cuando ya alejada de los sets decidió prolongar su fama detrás de las cámaras de TV. Pero gracias a su aura de diva y a un estilo desenfadado, y gracias también a sus amistades y relaciones en el jet set de la fama y del poder, mantuvo su status de "imprescindible" a la hora de ser visto en el medio. Ir (o ser invitado) a la mesa de la Sra. era haber alcanzado el non plus ultra del reconocimiento. Y para muchos, todavía lo es.
Sin embargo, muchos pagaron cara su invitación a comer: los modos agresivos, irrespetuosos y sus constantes interrupciones para mechar con comentarios o preguntas superficiales, transformaron para algunas personas ese almuerzo en lo más parecido a una tortura. Hay casos emblemáticos, como el de la actriz Cecilia Rosetto, o el de Andrea del Boca, o muchísimos otros que ya quedaron en el archivo, pero que no serán nunca olvidados por los y las protagonistas.
Y es que la Sra. Martínez-Legrand es un típico ejemplo de sra. medio pelo, para un público medio pelo (al estilo de Jauretche), que se construyó una imagen de alguien falsamente superior a su clase, que pretende elevarse por sobre el lugar de actriz-conductora que ejerce (y que es incapaz de abandonar) subiéndose a un estrato superior en la escala social, que comulga con el pensamiento de una derecha reaccionaria, admiradora del orden militar, que rechaza al peronismo, no por sus ideas sino por su adscripción popular, y llena de prejuicios hacia determinados sectores sociales, lo que la hace caer repetidamente en expresiones discriminatorias. Es evidente que, para sus admiradores, la sra. Martínez es alguien que los representa, o incluso un ideal que se pretende alcanzar.
Podría llenarse una larga lista de desaciertos cometidos en sus programas, y como muestra vayan algunos:
1. No es la 1ª vez que un invitado abandona su mesa, incluso en medio del programa. En una ocasión la ex miss universo Silvana Suárez la dejó plantada en medio del evento por un entredicho con la autoritaria señora. Suárez estaba en medio de un complicado divorcio con el empresario periodístico Julio Ramos y se sintió ofendida por los dichos de la sra. (ver nota acá).
2. En otra ocasión se le preguntó a la actriz Tita Merello (de su misma generación) por qué no asistía a los almuerzos de la sra. y Tita explicó, con su habitual gracia, que las cámaras sólo eran piadosas con ella, no con el resto de los invitados.
3. La actriz Cecilia Rosetto fue atacada por la sra. (ver video acá) por ser "muy de izquierda, muy politizada", cuando la realidad es que la actriz no sólo es una persona comprometida políticamente sino que su marido estaba desaparecido.
4. A pesar de que ella alega ser una persona "informada", mostró su más supina ignorancia al preguntar al diseñador Roberto Piazza (en ocasión del debate por la Ley de Matrimonio Igualitario, a la que ella se oponía) si un chico varón, adoptado por una pareja de gays, no corría el peligro de ser...violado, confundiendo brutalmente homosexualidad con pedofilia...(aquí la bestialidad recogida por un programa de tv español)
5. Mostró su falta de respeto hacia la intimidad de su invitado, cuando hizo público el embarazo de Andrea del Boca, cuando la actriz no tenía (al menos en ese momento) ningún interés en hablar del tema. Con la repetida excusa de "la gente quiere saber", se mete atropellada y groseramente en las alcobas y las intimidades de quienes aceptan a ir a sus programas. El peaje que cobra la sra. es a veces demasiado alto.
6. Pero el día que la sra. rebasó sus propios límites y que despertó las reacciones de, entre muchos otros, el actor Federico Luppi, son las ofensivas barbaridades con que se despachó el día siguiente a la muerte de Néstor Kirchner.
Podría llenarse una larga lista de desaciertos cometidos en sus programas, y como muestra vayan algunos:
1. No es la 1ª vez que un invitado abandona su mesa, incluso en medio del programa. En una ocasión la ex miss universo Silvana Suárez la dejó plantada en medio del evento por un entredicho con la autoritaria señora. Suárez estaba en medio de un complicado divorcio con el empresario periodístico Julio Ramos y se sintió ofendida por los dichos de la sra. (ver nota acá).
2. En otra ocasión se le preguntó a la actriz Tita Merello (de su misma generación) por qué no asistía a los almuerzos de la sra. y Tita explicó, con su habitual gracia, que las cámaras sólo eran piadosas con ella, no con el resto de los invitados.
3. La actriz Cecilia Rosetto fue atacada por la sra. (ver video acá) por ser "muy de izquierda, muy politizada", cuando la realidad es que la actriz no sólo es una persona comprometida políticamente sino que su marido estaba desaparecido.
4. A pesar de que ella alega ser una persona "informada", mostró su más supina ignorancia al preguntar al diseñador Roberto Piazza (en ocasión del debate por la Ley de Matrimonio Igualitario, a la que ella se oponía) si un chico varón, adoptado por una pareja de gays, no corría el peligro de ser...violado, confundiendo brutalmente homosexualidad con pedofilia...(aquí la bestialidad recogida por un programa de tv español)
5. Mostró su falta de respeto hacia la intimidad de su invitado, cuando hizo público el embarazo de Andrea del Boca, cuando la actriz no tenía (al menos en ese momento) ningún interés en hablar del tema. Con la repetida excusa de "la gente quiere saber", se mete atropellada y groseramente en las alcobas y las intimidades de quienes aceptan a ir a sus programas. El peaje que cobra la sra. es a veces demasiado alto.
6. Pero el día que la sra. rebasó sus propios límites y que despertó las reacciones de, entre muchos otros, el actor Federico Luppi, son las ofensivas barbaridades con que se despachó el día siguiente a la muerte de Néstor Kirchner.
Para poner en contexto lo que muestra el video, recordemos para quienes no lo vieron, que al iniciar el programa (al día siguiente de la muerte de N.K.) se había mostrado compungida, dolorida, conmovida...y había hecho una referencia respetuosa hacia el ex presidente, y se había solidarizado con el dolor de su viuda, la presidente Cristina Fernández. Pero luego, durante el mismo almuerzo, surgieron los dichos que muestra el video, contradiciendo de manera flagrante su actitud de la introducción. Está claro que, además de ser muy hipócrita es una actriz mediocre, ya que algunos deben haberle creído, pero la contradicción era demasiado grande como para que todo el mundo creyera en su farsa.
Esta sra. Martínez, que dice lo que "dice la gente, la calle", está en realidad escondiendo detrás de esa máscara SU propio pensamiento, sus propias miserias, su pobreza de alma, tal como bien señaló Federico Luppi. Federico no hizo más que expresar lo que muchos, heridos y agraviados por las palabras de esta señora, hubiéramos querido decir, de haber podido. ¡Cuántos de los que escuchamos esa retahíla de barbaridades no sentimos la ofensa de una cachetada propinada en medio del dolor, cuántos no sentimos que la sra. nos estaba escupiendo en la cara con sus miserables sospechas, cuántos no hubiéramos querido, en ése momento, levantarnos ofendidos de su mesa para dejarla plantada con su insolencia, su odio y sus miserias?!
¿Y es ELLA la que se siente ofendida? ¿La que se sorprende de las reacciones que provoca, y que habla de peleas, crispaciones y enfrentamientos? ¿La que pide que la sra. Presidente "tome cartas en el asunto", porque "¿ésto es una dictadura?", cuando es ELLA la que agravia a la Presidente con sus groseras sospechas, como si Cristina fuera la gran farsante que acariciaba un cajón vacío?
Sra. Rosa María Martínez alias Mirtha Legrand: si algo demuestra que los tiempos están cambiando, es que mucha gente está empezando a no soportar su autoritarismo y sus insolencias, la vergüenza de sus preguntas discriminadoras, sus expresiones clasistas y xenófobas, y sus excusas por su obsecuente silencio frente a la dictadura, mientras al mismo tiempo habla de la "dictadura" del gobierno de los Kirchner. Todos tenemos derecho a opinar y a disentir, pero el disenso es una cosa: la ofensa y la imposición autoritaria de su opinión, es otra.
Ojalá más temprano que tarde, y ya que no termina por decidirse al retiro a cuarteles de invierno, que su retiro se deba a que su mesa se queda vacía, mientras sus tilingos y medio pelo admiradores lamentan su ausencia.
Es lo menos que pedimos los que nos respetamos como personas y como argentinos.
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Es lo menos que pedimos los que nos respetamos como personas y como argentinos.
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7 comentarios:
Hola Greta, mirá la anciana de los almuerzos y
sus comentarios fuera de lugar, la ponen en ése
sitio, fuera de lugar, piojo resucitado con
ínfulas de aristócrata, que lo único que ve es
a través de los vidrios polarizados de su
automovil ya que nunca pisa una vereda y conocer
lo que realmente la gente quiere saber y no la
escusa idiota que propone cada vez que tiene que
preguntar lo que a "ella" le interesa.
Un asco de persona la Rosa Martínez y no lo
puede cambiar por más que quiera parecer
simpática para cuatro o cinco que la siguen de
boludas/os nada más.
Un Excelente fin de semana!
Tenés toda la razón, Roberto. Sólo los obsecuentes tilingos como ella la pueden soportar.
Gracias por leerme siempre, y buen fin de semana también para vos.
Es tan desagradable esta mina que no la puedo ver ni 10 minutos! No se quien me dijo una vez que los psicópatas no tenían conciencia, pero que eran conscientes del daño que hacían. Mirta para mi es un ejemplo de psicópata. En fin... Buena la pulenta.
Buena observación sobre este nefasto personaje, que todavía tiene admiradores e invitados.
Gracias por tu comentario Marcelo.
Un abrazo.
Es la prueba viviente de que detras de todo puritano coservador hay un perverso repuganante en potencia.
Lobo de mar: yo creo que lo de esta sra. ya no es un potencial, sino algo concreto, lamentablemente.
Te agradezco el comentario.
Espanta: la dinosauria parece blindada. A pesar de que se dice dolida o herida, en realidad diría que, más que piel, tiene caparazón. Y la lengua, cada vez más larga.
Ella va a querer continuar con los almuerzos, porque no debe saber hacer nada mejor. Su vida debe ser miserable y vacía, si sólo tiene esos espantosos almuerzos. Pero mientras tenga admiradores y relaciones con el poder, va a seguir apareciendo.
Respecto del choreo del video, al final Mirtha tiene razón: no se puede más con esta inseguridad. Cualquiera entra al blog y te chorea, seradedio...ja jajaaaaa
Un abrazote amigo.
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