Que la inocencia nos valga, aunque no sea 28 de Diciembre. Algunos jueces, nos toman de giles...
Si sentiste asco, impotencia, vulnerabilidad y desprotección cuando te enteraste de ÉSTO:
Según el Tribunal, la Banelco no existió
Como se esperaba, el fallo absolvió a todos los
acusados. Pero lo sorprendente fueron los términos que utilizó el
tribunal, que aseguró que los hechos no existieron y pidió que se
investigue a Rafecas, el juez de primera instancia.
(...)
Aunque quedaba poca gente en tribunales ayer a la tarde, la noticia
repercutió entre otros jueces y funcionarios judiciales que percibieron
la sentencia como algo “intimidante” por el tono y el ataque directo al
juez Rafecas, sin decir ni una palabra sobre las tres ocasiones en que
la Cámara Federal se expidió sobre el tema: la primera para confirmar
una tanda de procesamientos iniciales; la segunda para confirmar entre
otros el procesamiento de De la Rúa; la tercera para respaldar la
elevación del caso a juicio oral. En un caso votaron Horacio Vigliani y
Martín Irurzun; en otro, Irurzun junto con Eduardo Farah. Estos
camaristas, que avalaron la investigación de Rafecas y del fiscal
Federico Delgado (quien por entonces también compartía la fiscalía con
Eduardo Freiler), no son mencionados en la síntesis de fundamentos, que
califica como “una afrenta que el sistema de enjuiciamiento penal
permitiese el avance de la causa” hasta el juicio donde desembarcaron
“quienes fueran presidente y senadores de la Nación, un ministro y un
secretario de Estado”, por lo que ellos consideran un relato
“contradictorio y mendaz”. (Leer nota completa de Irina Hauser en http://www.pagina12.com.ar/)
También podemos leer...
Y dice también el periodista Mario Wainfeld:
También podemos leer...
“Es raro una sentencia absolviendo a todos”
*Por Ailín Bullentini
El fallo que emitió el Tribunal Oral Federal Nº3 sobre el presunto pago de sobornos durante el gobierno de la Alianza a senadores justicialistas para alcanzar la aprobación de la Reforma Laboral es “llamativo”, definieron desde la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ). La sorpresa provocada no fue precisamente grata. Es que los integrantes de esa organización de la sociedad civil, que realizó un detallado seguimiento de la causa desde sus inicios, no logran comprender cómo la sentencia de los jueces Guillermo Gordo, Miguel Pons y Fernando Ramírez resultó lo opuesto a lo concluido por la Justicia en la etapa de instrucción, luego ratificada por la Cámara. “Es, cuanto menos, raro que hoy tengamos una sentencia que absolvió a todos los imputados encontrados culpables por dos instancias judiciales previas. En instrucción, y nosotros creemos que también la hubo en el proceso oral, hubo indicios suficientes para probar lo enjuiciado, para determinar los hechos que se imputaban a ex funcionarios del Poder Ejecutivo y legisladores. Lo llamativo es que el tribunal oral afirma que para ellos ni existió una coima” (...) (Ver nota completa ACÁ).
Y dice también el periodista Mario Wainfeld:
Los magistrados no se “conformaron” con absolver en base a la presunción
de inocencia, que es un noble imperativo legal. Ni en disentir con el
juez federal Daniel Rafecas, lo que es una contingencia habitual cuando
una instancia superior revoca lo resuelto por una inferior. Trastrocaron
todo, transformaron al magistrado y a la Oficina Anticorrupción en
presuntos culpables. Un disparate, desde ya, cuyos fundamentos no se
conocen en su totalidad. (...)
Se agregó un mojón en la penosa trayectoria de una fracción importante del Poder Judicial. Un abuso de poder manifiesto, una arbitrariedad que forzará a cualquier fiscal con conciencia (y con coraje) a recurrir a instancias superiores. (Leer nota completa en: Un oscuro día de "la Justicia".)
...estoy segura que cuando leas ÉSTO OTRO, vas a sentir que todavía podemos tener esperanzas. Todavía hay una JUSTICIA que piensa y actúa en favor de los desposeídos de derechos, en lugar de ponerse del lado de los poderosos sosteniendo la impunidad.
Una ofrenda en el infierno
(Por Abel Córdoba*)
(...) Pregunté por Cuevas (Héctor Cuevas). En qué celda, en qué pabellón.
A las horas de recorrer el penal llegué a un sector de “buzones”. Celdas ciegas, de castigo, donde el encierro es absoluto. Entré a su celda de 2 x 3, inmunda, olor a mierda. Hacía 50 grados de sensación térmica, y los 50 potenciaban el olor, la falta de oxígeno, el espesor del aire. Le di la mano. (...)
Me invitó a sentar. Por silla, una lata de plástico de 20 litros,
dada vuelta, mugrienta. Me senté. Cuevas se sentó en una especie
asquerosa de colchón, sobre un camastro lleno de bichos. Adentro de esa
celda de bloques hacía más de 50 grados. Las rodillas enfrentadas casi
se tocaban. Una sola de mis rodillas era más voluminosa que las dos de
él. Nunca comió bien. Le calculé entre 28 y 50 años. Una delgadez joven y
gastada mezclada con una desnutrición vigente imprecisan su edad. La
nitidez de una biografía borroneada, pensé. Lo observé. Parecía haberse
revolcado arriba de un rallador de metal: los brazos cortados, las manos
rajadas, la cara marcada, un pómulo corrido, la nariz desviada, las
orejas tajeadas. El cuerpo agredido.
–Un gusto Cuevas. Soy fiscal federal, estamos inspeccionando condiciones de encierro. ¿Cómo está?
–Mal. Muy mal. Estoy mal –apenas pudo decir: en protesta se había cocido los labios y estaba en huelga de hambre hacía 10 días.
Se paró. Se levantó la remera. Flaquísimo, atravesado por tramos de
cicatrices hondas, hernias, operaciones a cuchillazos, un pedazo de
intestino a la vista, un globo blando en el abdomen que presionado
reaparecía por el costado, una bolsa que funciona de ano contra natura,
evidentemente infectada y con sangre. Él todo sucio: no tiene modo de
bañarse. Se lava con el agua que va al inodoro. Equivale, y sería menos,
a tener que limpiarse el culo con las manos. Pero es peor.
–Muy mal estoy –sigue diciendo–. Mire –y me sigue mostrando. Se
enoja un poco–. Acá si no fuera por Cipriano** que me ayuda siempre, y
si no fuera por Abel Córdoba que también me da una mano, acá nos matan a
todos. ¡Mire cómo nos tienen! ¡Mire cómo estoy!
–Héctor, yo soy Abel Córdoba. Sabía que estabas acá y vine a verte. (...)
Nos despedimos con un abrazo, los ojos brillosos otra vez. Insistía
en la gratitud, mencionó una foto. No dije nada, me producía
contrariedad, una imagen en ese lugar, con esa condición, se desajusta
con la idea que tenemos de una foto de recuerdo. Toda fotografía es
tiempo y luz. El tiempo es otra cosa ahí. Lo obturado es el absoluto.
Quedó calladamente descartado.
Al salir de la celda supe que me sería imposible cerrar un solo
milímetro esa puerta de hierro maciza de su encierro. Salí. No toqué la
puerta. Que la cierre quien sea capaz de cerrar esa puerta.
(Leer nota completa en http://www.pagina12.com.ar/).
No sé uds., pero yo, ya sé qué clase de Justicia quiero.
___________________________________________________________________
6 comentarios:
Lo que llamamos "La justicia" administrada por el "poder judicial", que dicho sea, sin dudas es el poder menos democrático es el más corrupto. ¡Corrompido hasta el hueso!....Se eligen y se juzgan entre ellos mismos...atornillados a cargos que hasta los hacen ser hereditarios...Corte suprema con un integrante de ¡95 años!. En fin, es larga la lista de fechorías de esta mafia.
La justicia es un negocio de extorsión.
Saludos.
Totalmente de acuerdo, Uno, por eso es tan importante lo que está haciendo la Procuradora Gils Carbó y las procuradurías ad hoc que creó, entre las que está la PROCUVIN. Por algo las corporaciones le quieren hincar el diente, lo mismo que a Justicia Legítima, que la tiene entre una de sus principales impulsoras.
Son la esperanza que nos queda, aun cuando (por ahora) hayan dinamitado la Reforma Judicial.
Gracias por tu comentario.
Saludos para vos.
Terrible injusticia y van...la justicia sigue sin democratizarse y sigue remolona para condenar a los de arriba.
Igual a pesar de las malas noticias y el calor infernal quiero pasar a saludarla y a desearle felices fiestas y que le vaya muy bien en el año próximo.
Muchas gracias Iris por tus buenos deseos. Lo mismo para vos.
Un abrazo.
¿Quiénes son los "ruines" ANÓNIMO?
¿Quién es que "no se la banca" y publica como ANÓNIMO???
Como los comentarios del sr. ANÓNIMO no salieron publicados, los voy a transcribir aquí;
Dijo el sr. ANÓNIMO:
1) Son ruines loco (sic).
2) O sea que si moderas el blog, no te la bancas? (sic)
Me pregunto si habrá leído la nota, y si "se bancará" definir a QUIÉNES se refiere explicando el POR QUÉ y si "se banca" poner su nombre y apellido en lugar de esconderse tras el anonimato.
Publicar un comentario